Carpe diem.
Javier López Vaquero Era hora de buscar empleo porque mis padres se cansaron de enviar dinero. En el metro,camino de la entrevista, eché un vistazo al currículum y sabía que con aquel bagaje aprovecharía la oportunidad que me brindaba ese prestigioso bufete.
De pronto mis dedos empezaron a sudar al tacto de las hojas. Noté dudas, me sentí vulnerable ante un entorno amenazador. No sé porqué me vino a la cabeza las palabras de aquel erudito que quería erradicar el analfabetismo acabando con la población que no supiera leer y ese pensamiento me tranquilizó. Respiré hondo y me dije: » No me pillaran. Sólo recuerda que ahora eres Juan y no Alberto. Gracias hermano por este cum laude en Derecho y requiesce in pace»
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Carpe Diem, hermano Javier. :D :D
Y mi voto para tu relato.
Siempre ha habido impostores, vivales que se hacen pasar por quien no son para lograr algún fin. Son actores profesionales, tanto, que a menudo ellos mismos acaban por creerse el papel que se han asignado a sí mismos. Es un delito, sin duda, pero mucho más aún lo es terminar con la vida de alguien y actuar como él.
Por mucho propósito que haga, antes o después terminarán por descubrirle, él mismo se ve inseguro y se siente vulnerable, tiene muchas papeletas para cometer errores que pueden ser su perdición.
Un personaje interesante y temible.
Un abrazo y suerte, Javier
La rivalidad entre gemelos siempre ha dado mucho juego.
Te deseo mucha suerte, Javier y te doy mi voto.
Besos apretados.
No sabrá leer, pero recursos no le faltan.
Nunca sospecharía de un hermano para ocupar mi lugar, por mucho que me deseara Descansar en Paz. Desde luego, qué ocurrencias tienen algunos personajes de los microrrelatos. Esto hace que te felicite y te de mi voto.
Suerte y un saludo.