Justicia poética
Alexander Antonio Reyes DalesOdiaba a los abogados. Solía contar chistes acerca de ellos. Los llamaba «picapleitos», «buitres»que se aprovechaban del más vulnerable a la primera oportunidad. Decía que la población mundial estaría mejor si se pudiera erradicar a cada uno de ellos, que deberían buscar un empleo de verdad. Solía decir todo eso hasta que le tocó estar frente a dos detectives de policía, aún con sus manos y el rostro salpicados de sangre ajena y emitir la frase que nunca esperó pronunciar: » Quiero un abogado».
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El refrán: «De este agua no beberé» esta cargado de razón y sabiduría. También: «Obligado te veas, para que lo creas». A veces necesitamos un golpe brusco en nuestra vida para eliminar prejuicios absurdos y otorgar a cada persona el valor que merece.
Ese abogado al que ha invocado con la frase mítica de tantas películas, será, sin duda, su único asidero, la esperanza de que lo que sea que haya hecho le suponga el menor menoscabo posible, dentro de la legalidad.
Un saludo y suerte, Alexander
Gracias, Ángel.