REFRANERO

Paloma Hidalgo Díez · Alcalá de Henares. Madrid 

Mi abuela, siempre que de niñas íbamos a verla, nos decía a mis hermanas y a mí: —Hijas, cuando tengáis que escoger marido, recordad lo que os digo: “Más vale humor en inventario que ladrillos y asientos bancarios. Une más la risa, que la pasión sumisa. En la cédula de una pareja, mejor las bromas que las quejas. Y si además es abogado, tendréis el sustento asegurado.» Menos mal que yo no le hice caso, y me casé con el hijo del dueño de la panadería. Gracias a eso, mis hermanas, que sí siguieron sus consejos, comen pan reciente a diario.

 

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