LADRON BICICLISTA
JOSE MIGUEL RUBIO POLOEl presunto maleante empezó por ser un compulsivo ladrón de bicicletas que robaba a diestro y siniestro, sin orden ni concierto, forzando candados de seguridad. Tras ser detenido y declarar ante el Juez, salió del Juzgado de guardia bajo palabra, mas su primer incumplimiento fue a la misma puerta pues, para volver a su casa, se agenció impenitente otro velocípedo tras descandarlo. Resolvió más tarde ampliar su quehacer o cambiar su estrategia de negocio. Cual emprendedor en ciernes, pasó a dedicarse al alunizaje: llegaba montado en bici a toda velocidad e irrumpía en la tienda que iba a atracar pedaleando hasta el mismo mostrador, y navaja en mano se llevaba toda la recaudación tras amedrentar lo justo al dependiente de turno levantado de su taburete manos en alto. Y así circuló exitoso durante varios meses hasta el día que lo detuvieron por circular en dirección contraria en un carril bici.
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Me gusta tu microrrelato. Un voto para él. Refleja muy bien el cómo muchas veces por alguna nimiedad, se tiene que pagar una cuenta muy alta que estaba pendiente…
Muchas gracias por tu amable comentario, aunque un reiterativo ladrón de bicicletas puede llegar a ser insufrible para los que tenemos una.
Ja ja . Le ha pasado como a Al Capone y le han pillado por donde menos lo esperaba. Final sorprendente. Suerte.
Gracias por el comentario, como Alfonso Capone