COMENZANDO
MERCHE BOVÉ BARBERÁLe habían citado para declarar en calidad de víctima de un engaño. Nunca había pisado un Juzgado, pero ahora estaba obligada a comparecer. Como no conocía a ningún abogado solicitó al colegio que le designasen uno del turno de oficio. Y así fue como la conocí. Parecía débil, de aspecto enfermizo, muy tímida. Me confesó que para ella aquello sería una tortura. Pero al empezar el interrogatorio se transformó. Su declaración era firme, clara, y parecía una persona muy segura. Ahora era yo el que me había quedado sin palabras. Se me quebraba la voz y tuve que pedir un botellín de agua cuando llegó mi turno de preguntas. Si eso me estaba pasando en la fase de interrogatorio, ¿qué sucederá el día del juicio?. Tendré que prepararlo muy bien. No puede dar la impresión de que mi cliente habla mejor que yo … aunque sea en mi primer juicio.