Imagen de perfilLA MATERNIDAD EN LA ABOGACÍA

Paola Madeleine Ramón Gallardo 

Las vacaciones de mi infancia las habité rodeada de códigos y carpetas de mamá. Me hacían sentir que seguía en el colegio, toda una tortura para una niña de diez años. Lo primero que escuchaba al despertar, era la máquina de escribir y su tenue voz releyendo cada frase que transcribía.

-¿Mamá por qué trabajas tanto?- le preguntaba, mientras desayunábamos juntas.
– Por nosotras, trabajo por nosotras cariño, ahora termina de desayunar y dúchate que el agua está muy buena- respondía con una sonrisa cansada.

Me disgustaba no poder disfrutar juntas, era un engaño de verano, así lo sentía, pero reconozco que se me olvidaba rápido, cuando mamá se ponía la toga y jugábamos a ´´los juicios´´, donde me hacía declarar la verdad y sólo la verdad, sobre alguna trastada que había cometido.

Ahora con mi toga puesta y mi pequeño hijo en brazos, entrando al juzgado, te entiendo mamá.

 

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