Nuremberg
Raquel Lozano Calleja Crecimos con la sombra del engaño planeando por los tejados, con el miedo consumiéndose entre las siete velas del candelabro que presidía nuestra sala de estar. Éramos conscientes de los tiempos difíciles que vivíamos pero nunca pudimos sospechar la tortura que vendría después.
Un día de otoño, cuando jugábamos felices chapoteando con el agua de los charcos, nos hicieron abandonar el colegio y nos embarcaron como a ganado en aquel tren que nos robó la infancia y el júbilo.
Hoy, algunos de nosotros les hemos visto declarar. Hemos atisbado su miedo, sus lágrimas, también las de los abogados. Incluso el Juez ha tragado saliva para contenerlas. Nosotros no, nosotros hemos guardado las fuerzas para que algún día nuestros hijos puedan vernos sonreir.
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Hola, Raquel.
Un relato muy duro, tanto como la realidad que narra.
Un abrazo y un voto.
Suerte!!
Muchas gracias Amparo.
Abrazos de vuelta
Aplausos, Raquel.
Muchas gracias Margarita. Un abrazo
How I wish that metaphor translated to Rolex watches. In a perfect world, I would spend $5,800 on my own silver dial OP, out of sheer spite and/or maturity. But alas, current market conditions have rendered that impossible. link As part of the exercise of writing this very article, I wanted to go straight to the source, to Kasia herself, and find out why … why, for all these months, have I been tormented this way?