El abogado astrónomo
José Manuel Pérez Pardo de Vera Acodado en la cubierta, contemplaba con nostalgia la espuma que dejaba la estela. La proa penetraba la oscuridad de la noche. Se le antojaba la de su incierto porvenir de jubilado tras una vida dedicada al Derecho.
Elevó la vista a las estrellas. Su hobby. Admiraba aquel orden y equilibrio. Siempre había intentado extrapolarlos a su humilde microcosmos de togas, estrados y encausados.
En el camarote abrió el neceser. Quizá fuese por ese corte en la barbilla con su cuchilla de hierro. O por el repentino calor asfixiante, preludio de un temporal cercano. O por el monótono murmullo de lejanas voces sin nombre.
Al día siguiente los diarios se hicieron eco del rescate de un navío. La voz de alarma la dio un mensaje telegrafiado en un inusual lenguaje forense. En las portadas su autor fue apodado ‘el abogado astrónomo’. Aquel fue el primer día del resto de su vida.
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Gran relato. Con extraordinaria delicadeza penetras en la oscuridad de la vejez , la muerte y la trnscendencia. Y en cuanto a lo del incierto porvenir del abogado jubilado, te doy toda la razón. Muchos las están pasando muy…
Suerte compañero.
The «frosted» bezel is similarly hand-hammered with a technique that uses a tiny tool to create just-as-tiny dimples in the surface, giving a granularity that appears to sparkle with the light. The link effect is beautiful, and it’s the first time we’ve seen AP combine this frosting technique with its more traditional Royal Oak case finishing – the rest of the case and bracelet use the familiar combination of polished and brushed surfaces.
You’ll notice link a similar minimalist styling here as well – in fact, it’s more minimal than ever. Gone is the double C icon, and the «must de» writing (must de been too much text). We just have the Cartier logo, and an hour and minute hand (oh, and tiny Swiss Made writing down at the bottom lest we forget).