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Urko Madrazo Aguirre 

– Buscaremos una gran alianza con una de las empresas punteras del sector. Ellos ganan, nosotros ganamos. Se trata de cooperar por un bien común. Este es el futuro de la justicia, ¡es el futuro de todo!
– No sé Armando, a mi no me parece muy serio.
– Esto nunca se ha hecho, podemos revolucionar la abogacía.
– Muy bien. Y los trabajadores, ¿qué?
– Podrán fortalecer sus piernas mientras ganan algo de dinero. Sacarán partido a su hobby.
– ¿Y que hay de la justicia social? ¿No recuerdas por que nos metimos en esto? Por la solidaridad. Para ayudar a la gente. ¡Las condiciones de esos trabajadores son habitualmente muy precarias!

Rubén, amigo y socio en el bufete, nunca aceptó mi propuesta para unir la ley y la entrega a domicilio. Hoy, sigo buscando apoyos para crear Lawyo, riders autónomos que recojan y repartan demandas usando sus bicicletas.

 

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2 comentarios

  • Como dice el célebre refrán: «En casa del herrero, cuchillo de palo». Este bufete, que posiblemente viva de las demandas y problemas de muchos trabajadores, puede que termine por buscarse sus propios disgustos por contratar un sistema de reparto, que tal vez necesitaría profundas reformas para poder ser ejercido con la dignidad que requiere toda tarea laboral, enzarzándose en interminables y dolorosas luchas legales. La prevención hacia la iniciativa del compañero parece, pues, justificada.
    Un relato con la justicia social como fondo y como cumplimiento hasta sus últimas consecuencias.
    Un saludo y suerte