Imagen de perfilTambién cosemos almas

Nieves Prieto Lavin 

Su penúltima aventura profesional consistía en procurar encuentros entre víctimas y asesinos arrepentidos. Respirar las ganas de perdón y de ser perdonados, acompañarles en el viaje interior por sus recuerdos, sentir el tiempo como aliado… No en vano, vivir la humanidad y alteridad de estas experiencias eran recompensas poco habituales en su quehacer cotidiano. Para acercar personas -explicaba a sus alumnos de Derecho Penal- no sirve el “corta-pega”; no habéis de pergeñar un rápido recurso de reforma de acuciante vencimiento. Si queréis ganar estos «pleitos», es imprescindible aparcar los códigos y atender la guía orientativa de los expertos en justicia restaurativa. Respetar los tiempos y estar preparados para el abandono. Y si las dos partes recorren el camino hasta el final, asistirles en el crucial careo. Deseaba que aquellos chavales asimilaran que también en esto consistía la abogacía, en colgar la toga y ayudar a reparar las heridas del alma.

 

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