Imagen de perfilEl suplantador

María Sergia Martín González- towanda 

Jamás vi mayor felicidad en rostro alguno que cuando dijimos a mamá que viajaríamos juntos al lago. Para limar asperezas. Y es que ‘don Leyes’ había conseguido amargarme la existencia desde que compartimos útero. Ya, durante nuestra gestación, me pegaba patadas para salir delante en las ecografías. En la escuela, su verbo era seductor e incluso resolvía contestar si yo fallaba alguna respuesta. La universidad sirvió para acaparar chicas y matrículas… Sin duda, un tipo victorioso: el favorito de mamá. Su ovacionada graduación en Derecho me hizo repudiar la genética compartida con aquel mamarracho.
Llevo años memorizando sus gestos, su conciliadora sonrisa, el tono autosuficiente con que discute, persuade o negocia cuando se dirige al estrado. Confío en que, tras su ‘accidente’ en el lago, ni mamá sea capaz de descubrir el cambiazo.
Eso sí, opuso tanta resistencia a abandonar este mundo que necesitaré un tiempo de convalecencia. Probablemente largo.

 

+47

 

Queremos saber tu opinión

27 comentarios