Según los peritos el incendio comenzó en la cocina. Al parecer, un rollo de papel y un cigarrillo mal apagado fueron los causantes del incendio.
Hubo cuantiosos daños materiales y tan solo mi ceja derecha chamuscada ocupando la casilla de los daños personales al salvar a Tesla, mi mascota.
No sabía cómo gestionar lo que se me venía encima.
Mi abogado me había dicho que, en un hipotético juicio, la compañía aseguradora podría exonerarse de su responsabilidad civil si lograba probar el dolo o la culpa del asegurado.
Aquello me provocó insomnio, ansiedad, alopecia, gastroenteritis crónica… Y lo peor de todo, el distanciamiento y la posterior ruptura con Sofía, mi mujer.
– ¡Ahí os quedáis! -nos había gritado, aniquilando el rictus amable de su rostro. – ¿A ver cómo le explicas a todos que Tesla, tu querido chimpancé, es adicto al tabaco?
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Un final muy original, desde luego. Enhorabuena y mi voto.
Gracias Barrabás
Mis más sincera enhorabuena Sr.Baglietto! Simplemente «ME ENCANTA» vaya tela con la mascota jajaja. Súper.
Gracias nalbin88.
Saludos desde nyc, vi el enlace y al ingresar me sorprendió tan buena narrativa!
Gracias por tu comentario Sebaszav1
Un relato muy original. Me ha gustado mucho.
Te deseo mucha suerte y te envío mi voto y un abrazo.
Muchas gracias Ana Isabel
Solo por salvar a Tesla, te mereces el voto
Jajaja… Gracias Soraya
Qué pedazo de final para la historia.
Me encanta.
Muchas gracias Towanda
Ufff, yo veo una concurrencia de culpas… es un buen momento para dejar de fumar. Un voto.Suerte.
Jajaja… Es que el tabaco perjudica seriamente la salud.
Hola Juan José. Mis felicitaciones por tan original microrrelato, vaya con Tesla, adicto al tabaco y hasta puede que pirómano. Jajaja… Mejor hubiese adoptado también a un elefante para que apagara el fuego. Jajaja… Mi voto y suerte!!!!!!
Y ya puestos a un loro para que hubiera dado la voz de alarma, jajaja… Gracias por tus felicitacions Marilui
Hay que derivar la responsabilidad a la compañía tabaquera, por enviciar al chimpancé. Y ni culpa in vigilando, ni responsabilidad del dueño (o del amigo), ni porras.
Suerte, Juan José.
Jajaja… Me gusta esa línea de defensa. Gracias Manuel