Destinos, los justos
Marta Trutxuelo GarcíaPor primera vez me lo remitían vía electrónica. El formato era novedoso pero resultaba más interesante su contenido, que pasé a repasar con mis abogados. Era, efectivamente, la renovación de mi contrato de prestación de servicios, visado y firmado. Mientras uno de mis letrados afirmaba que se alteraban sustancialmente mis tareas, el otro, en una vuelta de tuerca, decía que apenas era una reinterpretación de mis cometidos La cláusula de excepcionalidad para uso alternativo de mis herramientas de trabajo equilibró el parecer entre ambos togados. Así que acepté el cambio de destino de mi jornada laboral: mis platillos dorados seguirán sirviendo a fines de equidad y ecuanimidad, aunque caigan bajo el peso de objetivos más prosaicos: controlar la exportación del trigo ucraniano, mientras mis ojos, bajo mi venda, lloran impotentes por la guerra. Soy la Justicia y mi balanza está al servicio tanto de un juzgado como de una frontera.
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Buen relato, Marta. Una pena que las balas no se rellenen con justicia.
Mi voto.
Grandísimo relato, amiga. Es un torpedo en plena línea de flotación para absurdas ingenuidades. Muy bien elaborada la trama jurídica. Bravo. Por supuesto, te voto y te deseo toda la suerte del mundo. Espero que alguno de vosotres me suceda a la hora de los canapés madrileños. Muchos muxus.
Querida amiga, Martutxi.
El micro es redondo, pero el mensaje de la frase final es ESPECTACULAR.
Valoro tu savoir faire y esa constancia máxima. Eres una trabajadora nata.
Felicidades y suertísima con él.
Abrazote gigantesco
Interesante relato, Marta. Te deseo mucha suerte y por aquí dejo mi voto. Un beso compañera.
Gran relato, y muy original Marta: mi voto.
La Justicia debería estar hasta en un plato de lentejas. Lástima que dependa de nosotros para poder desplazarse de un lugar a otro.
Buen relato, Marta, como suele ser habitual en ti.
Un abrazo
Poco queda que añadir que no hayan dicho ya… salvo que el título le viene perfecto. Redondito y muy buen micro, Marta. Mucha suerte con él. Un abrazo…
Buen relato, con ingenio y como yo entiendo que debe ser la Justicia.
Saludos.
Muy bueno, Marta! Ojalá ese renovado contrato de prestación de servicios se pudiera hacer cumplir siempre. Mi voto para la Justicia omnipresente. Suerteeeeeee
Muy bueno, Martta
En el fondo, no hay tanto «bifrontismo», que cantaría Mecano. Ambos destinos son justos.
Mi voto, Marta.
Un abrazo.