Imagen de perfilCuidado con lo que deseas

Carlos José Esguevillas González 

No podía dejar de sonreír, se acabaron las penurias y las interminables horas conectado al alienante teletrabajo. Iba a ejercer en un Bufete importante.
Cuando me entrevistaron me parecieron raros, tan herméticos, con esa insistencia en formular preguntas sobre mis creencias y de hasta donde me comprometería para conseguir el puesto.
Pero aquí estaba, en sus decimonónicas Oficinas. Firmado ya el generoso contrato, con aquella elegante pluma roja; “Pactos y Compromiso Laboral”, ponía. Ahora a mi despacho.
Tras recorrer interminables y lóbregos pasillos con miles de viejos ficheros en las paredes, llegue a un enorme vestíbulo, donde una escuálida secretaria que olía a rancia lavanda, buscó mi nombre en un antiguo libro y asintió con una extraña sonrisa, — Sótano seis presente sus credenciales al ascensorista —. Y me extendió la tarjeta: “Letrado Miguel Mata, Departamento de Abogados del Diablo. Sin Retorno”.

 

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