Imagen de perfilElla, la profesional

Álvaro Sánchez González de Quevedo · San Fernando 

Eran las cuatro cuando sonó el teléfono. Era de comisaria, me requerían para asistir a un detenido.

Mi compañera, Caridad, había insistido en que la primera vez que ejerciera en el turno de oficio la llamara para asesorarme, y eso hice. Aunque decía que éramos iguales en el bufete, ella era abogada veterana y fogueada en mil salas.

Cuando llegamos, el sujeto a la primera oportunidad soltó una frase despectiva hacia las mujeres abogadas. Ella siquiera parpadeó mientras se sentaba, pero yo me encaré y comencé con una retahíla sobre la igualdad de género. Ella me paró e intentó conciliar entrando en materia, demostrando su profesionalidad durante todo el tiempo que estuvimos allí.

Cuando nos fuimos, a la luz del amanecer, sonrió y me dijo: “Te agradezco que salieras en mi defensa, pero ya lo hicieron todas aquellas guerreras que rompieron la barrera que nos ha permitido estar aquí ahora”.

 

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