ÁNGEL O DEMONIO
Amparo Martínez AlonsoMe recriminas que ya tienes edad suficiente para que deje de vigilar lo que tecleas al ordenador, hablas por teléfono o sacas de la nevera, y que estas harto de que te espíe en la calle, el bufete o el gimnasio… Te explico que todo lo hago por ti; que me preocupa tu seguridad, tu salud y bienestar. Además, mi obligación, como la de cualquier madre, consiste en velar, proteger y luchar por el porvenir y futuro de mi prole. Y, aunque no me escuchas, sigo, incansable, a tu lado: ayudando, guiando, facilitándote el día a día; tratando de evitarte trabajo, posibles errores, competencias; mostrándote el acceso a la buena vida.
Pero, tú, como hiciera tu padre, prefieres el camino tortuoso, aburrido y serio que predica la otra: la ciega, la estirada y exigente, la equilibrada, la justa…. ¡Nunca entenderé a los humanos, y menos a los abogados!
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La tentación es el auténtico paraíso. Brillante relato. Enhorabuena y mi voto.
El lado oscuro siempre es más sencillo y atractivo. Por el contrario, tratar de buscar la verdadera Justicia, la que utiliza mayúscula balanza y antifaz, supone luchar a veces contra muros que parecen infranqueables, además de encontrar no pocos sinsabores. Pero los humanos que honran a su especie y, en concreto, los abogados que en verdad tratan de ejecutar con esmero su trabajo, lo harán siempre contra viento y marea, obteniendo como satisfacción, al menos, la del deber cumplido hasta donde buenamente se pudo. No es poca cosa eso.
Un relato que carga las pilas de un idealismo necesario para conservar una vocación y un proceder que nunca se denigre.
Un abrazo, Amparo
Somos pura contradicción, siempre antítesis de nosotros mismos… Enhorabuena por tu relato, Amparo. Mi voto y un abrazo :)
Es que es muy complicado ejercer de madre, pero también ser hijo, jeje. Mi voto y suerte, Amparo.
La eterna dicotomía, Amparo!!!
Ya te has decantado por alguno? je, jeee!!
Muy buen relato, como siempre, claro!
Un voto y un abrazo aún mayor!
Marta
Algo tendrá la larguirucha ciega y estirada esa, ¿no?
Aunque a los humanos, tienes razón, no siempre es fácil entenderlos ;-)
Suerte, Amparo.
Un abrazo
Interesante relato, Amparo.
Te deseo mucha suerte y te envío mi voto.
Un abrazo.