PEREZA PANDÉMICA
Almudena Horcajo SanzMe pregunto de quién heredé esa manía que tengo de apropiarme de lo ajeno sin que nada me detenga. Por lo que me han contado, mi familia era gente honrada dedicada a negociar con dinero, primero fueron prestamistas y más tarde banqueros.
Siendo muy joven, llegó a mi vida una señora llamada Justicia que, rápidamente, me puso en mi sitio, un lugar que no recomiendo a nadie, pero al que yo, con el tiempo, me he ido acostumbrando. Sabiendo que el acceso al mercado laboral lo tenía cerrado, fui acumulando condenas durante años. Ahora, a mi edad, la salud es lo primero, hay que seguir las recomendaciones: beber mucha agua, vigilar la tensión, proteger del frío la garganta…Mi abogado dice que si interponemos un recurso, en cuatro días estaré en la calle. No sé qué hacer, con esto de la pandemia, cada vez me da más pereza salir de “casa”.
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Brillante relato, Almudena. No se puede ir contra las «buenas costumbres», ni contra la genética. Muy bien escrito, enhorabuena y mi voto.
Gracias Nicolás por todas las alegrías que me has dado este año, tan triste para todos.
Me encantan tus comentarios, me enriquecen mucho, siempre das en la diana.
Te deseo lo mejor para tu magnífica Torre.
Un abrazo
Prestamistas y banqueros ejercen un oficio en teoría legal, pero con muy mala prensa, en el que la tentación de prácticas abusivas es quizá demasiado fuerte, de ahí esa herencia de dudoso proceder que tu protagonista ha recibido, aunque no sepa o no quiera reconocerlo.
A alguien que ha hecho de la prisión su domicilio habitual, salir de ese hábitat conocido en el que ha desarrollado su existencia supondría su verdadera condena. Siempre hay una excusa cuando no se quiere hacer algo, nada mejor que la pandemia que sufrimos para justificar el aislamiento. Puede que razón no le falte y sea en el exterior donde está el verdadero peligro, aparte de que un exconvicto, más aún uno de una cierta edad, se sentiría perdido y nada apreciado en un mundo, para él, hostil.
Un relato muy lúcido, con toques de fina ironía, que deja claro que el ser humano se adapta a todo y que el hogar que se desea empieza en la propia mente.
Un abrazo, Almudena
Siempre es un placer y un lujo leer tus comentarios Ángel, los argumentas tan bien…Suscribo tus palabras.
Muchas gracias por todo lo que dices y que «Dios te lo pague».
Mucha suerte para este último mes del concurso.
Un abrazo.
Muy buena historia, Almudena. Tono irónico, final redondo, palabras obligatorias perfectamente integradas… Mi voto para ese protagonista tan prisionizado que forma parte ya del mobiliario de su celda. Suerte.
Me alegra enormemente que te haya gustado el relato, Eva. Muchas gracias por tu comentario tan elogioso, me encanta lo de «prisionizado».
Ahora toca descansar dos meses y tomar fuerza para contar nuevas historias el próximo año.
¡Qué vaya todo muy bien!
Un abrazo.
¡Qué bueno!
Muchas gracias Margarita.
Mucha suerte para tu «MADRE», espero que sigamos escribiendo buenas historias en la próxima edición del concurso.
¡Qué vaya todo bien!
¡Enhorabuena Eva! Me alegra muchísimo que seas la ganadora de esta Edición. Muy merecido.
Lo he visto hoy y no sabía cómo podía felicitarte por eso he respondido al comentario que me hiciste de mi relato, por cierto que ambos coinciden, en cierta manera, en algunas cosas, je, je…
Ojalá que en la próxima Edición sigamos leyéndonos y nos sigas regalando relatos tan espléndidos como el que ha ganado.
¡Feliz Navidad!
Un fuerte abrazo