Imagen de perfilToda una vida

Pablo García Muñiz 

La causa del primer litigio entre los hermanos fue la propiedad de un nicho, herencia de su familia. Quise buscar una solución amistosa: – No tenéis edad para estas chiquilladas -les dije. Fue inútil. Ambos comenzaban una guerra fratricida que no estaban dispuestos a abandonar.
Tras varios juicios ganados, pasé de proteger los intereses de Carlos a defender los de Juan cuando éste se ofreció a doblar mis honorarios y lo hice sin remordimientos, harto de sus disputas. Agotaron tiempo, salud y recursos peleando cada una de sus propiedades, como única forma de reivindicación personal.
Hoy, soy el encargado de vigilar que la ceremonia se ajuste a la voluntad de ambos. El cementerio, vacío, su acceso cerrado a curiosos. Frente al mausoleo, el sepulturero y yo confirmamos en silencio la peor de mis sospechas: el doble féretro de los siameses no cabe entre las paredes del angosto y codiciado nicho.

 

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