Imagen de perfilGuardias, las justas

Marta Trutxuelo García 

Las 4:20 p.m. Durante un turno de noche siempre hay un instante que parece congelarse en el tiempo. Todas las guardias que llevo a mis espaldas dan fe de ello… tú lo sabes bien, ¿verdad? Desde mi época de pasante, esquivando el riesgo de dormirme mientras registraba las entradas, hasta mis años de abogado de oficio, supliendo la inexperiencia en los juzgados con el paso de horas y horas a lomos de la lectura de la jurisprudencia interminable del Aranzadi… ¿recuerdas? Y esta noche, como tantas otras desde que aquel profesional amparado en la sabiduría de su toga blanca falló el temido veredicto, permanezco asido a tu mano que respira a través de tubos y cables. Y recuerdo nuestras otras guardias, de chupetes y ojeras, de sueños y rutinas. Quiero preservar todos esos momentos, tejidos en la memoria de nuestros años compartidos, visibles y eternos como éste: las 4:20 p.m.

 

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8 comentarios

  • Nuestro cuerpo está preparado para descansar por la noche, por eso, cuando no es así, a cualquier actividad que se realiza durante ese periodo se le añade el término «nocturnidad», que no en vano rima con penosidad. Parece, además, que a esas horas es cuando sucede los hechos más difíciles. Por eso y en lo posible, «guardias, las justas», aunque a veces no quede otro remedio.
    Una historia llena de emotividad.
    Un abrazo y suerte, Marta

     
  • Querida Martutxi, de nuevo a lo grande. Hermosísimo relato que transpira amor, sensibilidad, y ternura. Pero también entereza y disposición. Ahora toca descansar, resetearse y volver a cargar las pilas. Eso sí, descansos, los justos. Nire desio onenak. Muxuak eta besarkadak (o algo así, amiga).

     
  • Discrepo: guardias, las justas, no. Al contrario: guardias, al menos día sí y día no. Vivir en una guardia permanente (quitémosle las connotaciones castrenses); porque no hay nada que una más que esa vigilia. Así es en tu excelente y emotivo micro. Además, ya lo recomienda el Evangelio en alguna parábola.
    Me encanta el micro, Martutxu.
    Mi voto. Un abrazo.

     
  • In quintessential GF form, every part of the new Nano Foudroyante EWT movement is immaculately finished, from the column wheel for the chronograph to the extensive mix of frosting, mirror-polishing, and chamfering. At first, I thought the location and size of the bridges distracted from what you’d normally want to see link from a chronograph – the mass of gears and levers that make it all work – but over time; I realized that this is gorgeous in its simplicity.