Fatalidad
Ignacio Hormigo de la PuertaSi de algo se puede acusar a mi cliente es de ser un romántico. Lo veo al otro lado del panel de cristal, tan poquita cosa, y siento una lástima inmensa. Añora a su esposa y sus sollozos me llegan a través del interfono. Esperábamos un sobreseimiento, homicidio imprudente en el peor de los casos, y le ha caído asesinato. Era su aniversario de bodas y decidió marcarse un detalle. Compró doce docenas de rosas rojas y las colocó estratégicamente por la casa para darle una sorpresa a su mujer cuando volviera. Antes de regresar al trabajo, dejó la ventana abierta, hacía calor y no quería que se mustiaran. No sabía del nido de avispas bajo la cornisa, ni de la alergia de su mujer, ni lo que era un shock anafiláctico. El hecho de que ella fuera millonaria y él su único heredero forma parte del cúmulo de fatalidades.
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Y mi pregunta es: ¿los sollozos son reales o fingidos? Porque tantas casualidades… y esa última frase… Si lo que pretendías era que nos quedásemos con la duda, lo has conseguido plenamente Ignacio, al menos en mi caso.
Mi voto y mucha suerte.
A mí me da que los sollozos son fruto de un profundo conocimiento del método Stanislavski, pero cualquiera sabe. Muchas gracias, Ana María.
Fatalidades derivadas de coincidencias, especulaciones, intrepretaciones… El caso no se sostiene, pero tu relato sí, porque es espléndido. Divertido, original y muy bien escrito. Enhorabuena, mi voto, y un saludo
Muchísimas gracias, primo, eres muy amable.
Muy bueno, Ignacio! Mi voto para ese marido sospechosamente romántico. Un abrazo y suerte.
Muchas gracias, Eva María. Esos gestos románticos tan excesivos suelen esconder algo turbio.
Si yo fuera el juez dictaría sentencia absolutoria, por descontado. Todo fue un cúmulo de casualidades y suposiciones. Jajaja. Estupendo relato y gran final. Mi voto y un saludo.
Muchas gracias, Anselmo. Se me acabaron las palabras y no pude mencionar que los hechos ocurrieron en Alabama, donde los jueces no se caracterizan por su magnanimidad.
Pobre hombre… Condena absoluta para las avispas por allanamiento de morada y homicidio imprudente. Ni tan siquiera el protagonista de mi micro de este mes tendría argumentos de defensa. Muchas gracias, Ignacio, por regalarnos un micro tan entretenido y tan bien contado. Mucha suerte y un abrazo.
Muchísimas gracias, Francisco Javier. Las pobres avispas, por algún motivo que se me escapa, siempre me han dado la impresión de ser criaturas malévolas, como las urracas o los adolescentes. Un abrazo para ti también.