Imagen de perfilUN CUENTO MODERNO

Juan Manuel Chica Cruz 

Aunque era tentador alzarse rápido sobre el gris de la vida y evadirse con la química de las drogas y la falsa placidez de una realidad sin soporte material mi madre con su ejemplo supo enseñarme algo mejor. Construir una alternativa sólida desde la nada rodeada de vacío que me hiciera resiliente al envite de la vida. Soporté miradas atravesadas como si fuese un animal venenoso del que protegerse. Veían, recelosos, alimentarme de artículos y códigos con la esperanza de convertirme en abogado. Algo inútil en un lugar sin ley como aquel -insistían a mi madre-.
Hasta que en una ocasión se presentó una legión feroz de policías, arquitectos municipales y excavadoras amenazando derrumbar las chabolas a soplidos de un nuevo plan urbano que reduciría toda aquella vivienda ilegal a ceniza en nuestra memoria. Fue entonces cuando pude demostrar que hasta en lugares como aquel ser abogado merece la pena.

 

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