ANGEL J. CLEMENTE RODILANA

Microrrelatos publicados

  • Ad futurum

    Mi futuro estaba complicado. Recién despedido con 44 años, edad en la que ni eres joven, ni lo suficientemente mayor, los nubarrones se cernían sobre mi familia. La conservación de nuestro alto tren de vida sería francamente complicado. Nunca fui persona a la que le gustara hacer un cambio, pero en ese momento, no era optativo, sino obligatorio.
    Me acordé, sonreí al recodarlo, que hace muchos años acabe la carrera de Derecho y que ser abogado podría ser una lucrativa forma de ganarme la vida.
    Tendría que realizar un master, prácticas, aprobar un examen de acceso. Pero también debería subrayar en mi agenda, en verde fosforito, a todos esos antiguos contactos que me debían un favor.
    Que duro sería volver a promover mi trabajo después de toda una vida dedicado a sonreír, a cumplir ordenes, a no ir contra mis superiores...pero debía dejar de ser político. Me pase de listo.

    | Septiembre 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 4

  • Todo por ti

    Tenía el hambre reflejado en el rostro. La necesidad había sido una constante en su vida desde casi el principio de su existencia. Se quedo solo demasiado pronto. Su abuela lo supo proteger al principio, pero pronto cayó enferma y las tornas se cambiaron. Desde entonces, su único recurso fue su constancia. De todo lo que veía a su alrededor sacaba un aprendizaje. Sus ojos azules se abrían de par en par cuando descubría algo que le pudiera interesar. Desde la primera beca, su crecimiento fue constante, aunque nunca se olvidó de donde venía. El proteger a otros como él, fue el suministro necesario para estudiar la carrera de derecho. Cuando vio el título entre sus manos, cuando le llamaron de su primer despacho para comenzar una prometedora carrera de abogado, supo que lo había conseguido, que todo su esfuerzo había dado sus frutos y mirando al cielo, sonrió.

    | Febrero 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 14

  • LA SUERTE DE LA VIDA

    Estaba delante de mi, había abandonado su tierra llena de arena y cactus por otra con asfalto e indiferencia. Podía creerse que se sentía desfavorecido, pero no era así, su mirada alegre, quizá algo inconsciente, me tenía completamente descolocado.
    Desde que supe que lo iba a representar, pues era mi primer caso como abogado del turno de oficio de extranjería, estaba sumamente nervioso, quería hacerlo todo bien, me estudie hasta la exageración todas las leyes, las normativas, europeas y nacionales, hasta el denostado derecho consuetudinario, por si en algún momento me servía.
    Me sorprendió que solo llevara un calcetín. "El otro se ahogo", me dijo sonriendo.
    "Como te llamas", le pregunte.
    "Soy Fares".
    "Como el actor del departamento Q" le comente.
    Sin entender, me sonrió.
    Esa hombre que estaba delante de mi se merecía toda la suerte que la vida me había proporcionado viviendo a este lado.

    | Julio 2019
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