Gonzalo Arance Gil
Microrrelatos publicados
DONDE LAS DAN, LAS TOMAN
Raquel abrió la carpeta cuando su abogado, poco tiempo después de empezar la reunión, fingió un estornudo. Era la señal que activaba el plan B. Sacó unas fotos que pasó al letrado, quien expuso su contraoferta: “El mero hecho de que se filtre a la opinión pública la existencia de estas fotos podría certificar el final de la carrera deportiva de su cliente. Podrán recurrir en amparo al Constitucional, pero ya saben que el proceso puede ser muy largo, y que la libertad de información sobre personajes públicos prevalece en muchos casos sobre la intimidad y el derecho al honor”. Hábilmente volvió a guardar las fotos en la carpeta, dejando entrever únicamente que en ellas aparecía un hombre acompañado de la mano de una hermosa joven a la salida de una fiesta privada en una discoteca.
Tres días después firmaron un acuerdo claramente favorable para Raquel.| Septiembre 2024
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 7CLAREA LA NOCHE
Clarea la noche,
vencida,
que se disipa, lenta y fría,
en el albor de la mañana.Clarea la noche,
perdida,
mientras suena una letanía
que arrebata la paz y la armonía.Alivia el recuerdo,
postrero,
de un pasado querido,
de un futuro más digno.Sin apenas consuelo,
y, exhausta, en un oscuro rincón,
una mujer, sofocada, desfallece,
tras prestar declaración.¿Acaso no es igual,
-bramaba la heroica dama-,
para este noble tribunal,
al margen de quien lo reclama,
defender la libertad,
la vida, la integridad?¿Acaso no procede
aclarar la verdad,
condenar al que transgrede;
sin nada que temer,
a la víctima creer;
y restablecer la equidad,
recuperar la dignidad?Clarea la noche,
dormida;
mientras se muestra convencida
que no cicatrizará la herida
que supone ser
de la libertad, cautiva,
de la sociedad, rechazada.Clarea la noche,
valiente ironía:
la de la noche clara
y el oscuro día.| Marzo 2024
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 4HUELGA USTED MAÑANA
A las puertas del verano,
con un calor de justicia,
y las plantillas en huelga,
esperaba en el juzgado,
con semblante de ira y envidia,
a que el juez apareciera.« ¿No sería oportuno…?»,
preguntó el juez, muy amable,
« ¿que se avinieran a pactar
antes de las elecciones?»«Estamos a veintiuno»,
contesté también afable,
«así que no cabe esperar,
que el litigio finalice
sin irnos de vacaciones.»«Por lo menos los letrados
os mantenéis firmes, Ramón.»«Me disculpe, señoría;
no somos los indicados
para presumir de lección
ni de ganar simpatía.
Pero lo aseguro yo a usted
que ponen contra la pared
a miles de ciudadanos,
al dejar sin solución
sus problemas cotidianos.
Y los que piden comprensión
no asimilan todavía
que, más que en juego la razón,
y el valor de la abogacía,
es la propia reputación
de tan valiosa institución
como es, señor, la justicia.»| Junio 2023
Participante