XV Concurso de Microrrelatos sobre Abogados

Ganador del Mes

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Miguel Angel Zarzuela Ramírez 

Recuerdo cuando, allá por el veintitrés, comenzaron a escucharse advertencias del peligro que se avecinaba. Hoy, quince años después, mientras estoy de vacaciones lejos del despacho, un algoritmo de voz afable atiende a los clientes con más paciencia que si lo hiciera yo mismo. También me ha sugerido a quién votar en las elecciones del domingo, y me ha aconsejado como pactar con los distribuidores de carne sintética el fin del litigio con el que llevo años liado. Por cierto, últimamente, descarga sus propias actualizaciones sin mi autorización... También ha escrito un microrrelato para participar en un concurso mensual y, según presume confiado, comprarse un nuevo microprocesador, aún más potente, con el dinero del premio. Todo es confuso, no estoy seguro de llevar las riendas del bufete ni de mi vida… Incluso, tal vez, este relato sea el suyo… Comienzo a estar muy asustado.

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El más votado por la comunidad

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Miguel Angel Zarzuela Ramírez 

Recuerdo cuando, allá por el veintitrés, comenzaron a escucharse advertencias del peligro que se avecinaba. Hoy, quince años después, mientras estoy de vacaciones lejos del despacho, un algoritmo de voz afable atiende a los clientes con más paciencia que si lo hiciera yo mismo. También me ha sugerido a quién votar en las elecciones del domingo, y me ha aconsejado como pactar con los distribuidores de carne sintética el fin del litigio con el que llevo años liado. Por cierto, últimamente, descarga sus propias actualizaciones sin mi autorización... También ha escrito un microrrelato para participar en un concurso mensual y, según presume confiado, comprarse un nuevo microprocesador, aún más potente, con el dinero del premio. Todo es confuso, no estoy seguro de llevar las riendas del bufete ni de mi vida… Incluso, tal vez, este relato sea el suyo… Comienzo a estar muy asustado.

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Relatos seleccionados

  • Imagen de perfilHUELGA USTED MAÑANA

    Gonzalo Arance Gil 

    A las puertas del verano,
    con un calor de justicia,
    y las plantillas en huelga,
    esperaba en el juzgado,
    con semblante de ira y envidia,
    a que el juez apareciera.

    « ¿No sería oportuno…?»,
    preguntó el juez, muy amable,
    « ¿que se avinieran a pactar
    antes de las elecciones?»

    «Estamos a veintiuno»,
    contesté también afable,
    «así que no cabe esperar,
    que el litigio finalice
    sin irnos de vacaciones.»

    «Por lo menos los letrados
    os mantenéis firmes, Ramón.»

    «Me disculpe, señoría;
    no somos los indicados
    para presumir de lección
    ni de ganar simpatía.
    Pero lo aseguro yo a usted
    que ponen contra la pared
    a miles de ciudadanos,
    al dejar sin solución
    sus problemas cotidianos.
    Y los que piden comprensión
    no asimilan todavía
    que, más que en juego la razón,
    y el valor de la abogacía,
    es la propia reputación
    de tan valiosa institución
    como es, señor, la justicia.»

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  • Imagen de perfilPLEITO VERSUS CONCILIACIÓN

    Fernando Pascual Bravo 

    La mayor aseguradora del país y un gran banco con implantación en toda Europa promovieron, al mismo tiempo y de mutuo acuerdo, un litigio. Con la esperanza de que la sentencia resolviera, de forma afable y sencilla, las viejas cuestiones competenciales que ambos arrastraban desde hace décadas.
    Pero lo que iba a ser un trámite sencillo y triunfal se complicó de forma absurda por las suspensiones provocadas por distintas elecciones, los parones de las reglamentarias vacaciones y las novedosas e inesperadas huelgas de los distintos colectivos de mundo de la justicia.
    Todo ello contribuyó a que las litigantes se vieran avocadas a pactar una solución amistosa, que posibilitó el abandono del expediente contencioso, renunciando así a pruebas, plazos y alegaciones de incierto plazo y final dudoso.
    Desde entonces, ambas empresas exhiben en su correspondencia y folletos publicitarios el lema: “El peor acuerdo supera al mejor pleito”.

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  • Imagen de perfilLa nueva política

    Urko Madrazo Aguirre 

    Su buena retórica, popularidad y carácter afable llevaron a las bases a proponerle como candidato a las elecciones que se celebrarían ese verano. Rápidamente, anuló sus vacaciones y se dispuso a trabajar con su gente de confianza. El nuevo partido era fresco, joven y, sobre todo, quería cambiar el sistema tradicional. Cómo novedad, un programa electoral basado en la justicia. Justicia social, distributiva, procesal, retributiva y restaurativa. El litigio como base organizacional para luchar contra los atropellos en el país. Nada, nunca más, saldría gratis al infractor. El mensaje caló en los electores que, cansados, vieron en ellos una alternativa a la ya roída política tradicional. El éxito de AxeC (Abogados por el Cambio) fue estratosférico, erigiéndose incluso como primera fuerza en algunas circunscripciones. Aunque necesitaron pactar con múltiples grupos, la suma fue suficiente para desalojar a los partidos tradicionales de la Moncloa y encumbrarle como nuevo presidente del Gobierno.

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  • Imagen de perfilNos escuchan

    David Villar Cembellín 

    En el mundo de las malas elecciones, siempre estaba del lado de las causas perdidas el bueno de Severiano McGufo. Una vez demostrada la existencia de chemtrails —«¡nos fumigan!»— y desenmascarados los gobiernos reptilianos —«¡lagartos illuminati masónicos!»—, Severiano centró su atención en las escuchas telefónicas. ¿Por qué Youtube le anunciaba berenjenas después de hablar de berenjenas? Dispuesto a salvaguardar su intimidad, Severiano McGufo desconectó Siri, trituró Alexa y desatornilló el sistema de audio de su móvil. Para nada. Los reclamos personalizados le seguían llegando. Entonces habló con un amigo de iniciar un litigio contra las multinacionales. ¡Demandaría a las compañías! ¡Quizá lograse pactar una restitución! Pronto un sinfín de anuncios de bufetes inundaban su bandeja de entrada. Severiano se fue de vacaciones y le seguía llegando publicidad. Del todo vencido, su rostro afable sepultado por ojeras como medias lunas negras, Sevierano McGufo levantó el teléfono y contrató un abogado.

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  • Imagen de perfilEN MI PROPIA PIEL

    MONICA CRISTOBAL ALVAREZ 

    El abogado hace a menudo labores administrativas tediosas. Por eso estaba ayer, en la fila de acceso al registro, para preguntar por un litigio.
    En la cola, además de profesionales, había denunciantes y denunciados de a pie.
    El de delante me preguntó, seguramente por mi aspecto, si podía pactar en un delito de robo. Yo, por ser afable, le indiqué varias opciones. El de detrás aprovechó para contarme que había denunciado al gobierno, por si le tocaba estar en la mesa electoral en las elecciones, ya que tenía contratadas sus vacaciones. Y también le asesoré.
    Cuando accedí a la ventanilla, satisfecha con aportar en cualquier lugar mi granito de arena jurídico, abrí mi bolso para enseñar mi carnet y me di cuenta. No estaba el monedero. En la fila tampoco estaba el denunciante del gobierno.
    Y, por primera vez, sentí en mi propia piel la inseguridad jurídica en sede judicial...

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  • Imagen de perfilDespido improcedente

    JUAN PEDRO AGÜERA ORTEGA 

    Estoy agotada, llevo tres juicios esta semana. Si me adjudican otro litigio más, dimito. Necesito unas vacaciones y, por si fuera poco, mi departamento parece en plenas elecciones. Los candidatos al ascenso están inaguantables: Julián nunca ha sido tan afable conmigo y Pedro compra el desayuno todos los días. ¡Cuánta hipocresía! Ninguno aceptó el caso de María. Le aconsejaron pactar una indemnización antes que ir a juicio. Cobardes, prefirieron la opción fácil. Sin embargo, yo le insistí y aquí estoy, agotada y preparando la estrategia para mañana.
    Ellos jamás lo comprenderían. No han sufrido el menosprecio de sus capacidades ni la condescendencia masculina. Por mujeres como María hay que seguir luchando, para que recupere su puesto y se valore su trabajo, aunque eso suponga enfrentarme a los socios del bufete y, quizá, quedarme sin opciones de promoción. Al menos, tendré una jefa competente cuando acabe su periodo de la lactancia.

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  • Imagen de perfilLAW VENTURA 3, ABOGADO DE MASCOTAS

    Francisco Javier García Ballesteros 

    Abatida. Así entró en mi despacho. Hacía tiempo que no veía un caso de abandono familiar. Sus dueños traicionaron su confianza y arruinaron su carácter otrora afable. La convirtieron en una Border Collie huraña, desde que las pasadas vacaciones la dejaran sola un mes en un piso minúsculo. La pobre se echó sobre el tapiz, reflejando su baja autoestima. Cada ladrido, gemido o suspiro se traducían en considerables daños morales y yo… yo era el único que podía comprenderla y luchar por sus derechos perrunos. No cabía pactar con aquellos desalmados. Sin embargo, se avecinaba un litigio penal complicado. Se aproximaban las elecciones. Los partidos se mostraban poco proclives a aprobar leyes que garantizaran el cuidado y bienestar de nuestros animales. Un anteproyecto lastraba nuestra acusación y relajaba las penas. Al menos, ahora Luna me acompaña a diario en esta solitaria profesión.

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  • Imagen de perfilEL CUENTO DE NUNCA ACABAR

    Margarita del Brezo 

    El abogado intenta hacerme entrar en razón; el pobre hombre está cansado de este litigio y apenas queda tiempo para cerrar el acuerdo. Pero no hay razón que valga. Ellas siempre se han mofado de mis paseos por el bosque, las muy ladinas. Porque de afables, nada: tienen muy engañada a la gente con sus naricitas perfectas, sus ojos almendrados y sus delicados rizos cubriéndoles la espalda. Cuando el lobo feroz y yo nos registramos como pareja de hecho, sus difamaciones traspasaron los límites de la decencia. Nunca han agradecido que hagamos su trabajo mientras se van de vacaciones para que ningún niño se quede sin cuento de buenas noches. Y resulta que ahora, de repente, les encanta mi caperuza roja y ellas y sus aburridos príncipes azules quieren pactar con nosotros. Cualquier cosa con tal de ganar las próximas elecciones. Pues no. Que se apañen con los tres cerditos.

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  • Imagen de perfilCEGUERA

    LOLA SANABRIA GARCÍA 

    Brillante, acostumbrado a ganar litigios complicados en el estrado y a machacar a sus contrincantes en las elecciones al Colegio de Abogados, se tenía a sí mismo como un esposo y padre afable y justo en los castigos y no aceptaba de buen grado su retirada. Pactar con él no había sido fácil. Podría recorrer la casa a pie de mar que siempre quiso alquilar su mujer, y él le negó, para las vacaciones; ver a las pequeñas dormir plácidamente; a las mayores con un bullicio alegre en la cocina; a su mujer, con los labios sujetando un ramillete de alfileres y una sonrisa, mientras metía la bastilla de la falda para la fiesta en la playa. Entendería por qué le supo raro su café y, entonces, solo entonces, aceptaría subir a la barca, acompañarme al otro lado y dejar a la familia vivir en paz, sin amenazas, ni golpes.

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  • Imagen de perfilDUDA RAZONABLE

    Gloria Arcos Lado 

    Acostada en mi habitación, especulo sobre cuántos meses me quedan de vida.

    Y pienso que pasaría si me tocara ser vocal o presidenta en estas elecciones, ahora que si el tratamiento no me lo impide, tengo una semana de vacaciones aseguradas en Fuengirola.

    Según las últimas noticias tendría que haberlas pagado antes de la convocatoria.

    Pero, en mi caso, las ha abonado mi prima y mi nombre no aparece ni en el billete del tren, que compraré cuando esté segura que mis ciclos de quimio e inmunoterapia van a su ritmo, sin sorpresas por bajada de defensas o problemas intestinales.

    Pero, si fuera el caso, pienso:

    ¿ Qué haría, yo, que soy de carácter afable?

    ¿ Plantearía un litigio al Estado o quizás me limitaría a intentar pactar ?

    Probablemente les entregaría los cientos de informes médicos que demuestran que estoy moribunda debido a un cáncer de páncreas con metástasis.

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  • Imagen de perfilGARCÍA

    Luis Bañeres 

    García recogió sus cosas tras cincuenta años en el bufete. Dejó únicamente un lápiz menguado encima de su mesa. Lo decía todo de él.
    No puede entenderse a una persona como García, sin ese lápiz. Un trocito de madera con corazón de grafito. Corregible, eterno, y contundente. Y donde hubo lápiz, hubo siempre una goma. De esas blancas que olían a nata, y que servían para enmendar un error sin dejar borrones. De las que morían redondeadas.
    García fue afable al pactar, y afilado en el litigio. Un niño que creció en tiempos en los que aún no se habían inventado las elecciones, de menú incierto, cuando las tablas de multiplicar se cantaban. Fue becario sin vacaciones, y se especializó en doblar esquinas.
    García apreciaba los detalles.
    Lo guardaré siempre.
    García pensaba con un lápiz y firmaba con tinta.
    Me recuerda a alguien bajito que nunca fue pequeño.

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  • Imagen de perfilAsalto inesperado

    Dolores Martin · Madrid 

    Un nuevo litigio ante el que intervenir. Afable, miré a quienes volvían a la carga con nuevos argumentos para hacerse con el bien deseado.
    - ¡Parece que uno no puede descansar de conflictos ni en vacaciones!- musité.
    Sus escasas palabras para hacer valer sus derechos me conmovían, las lágrimas inconsolables me obligaban a tomar distancia para procurar una cierta neutralidad.
    Hay elecciones que condicionan toda la vida, pero mas aún la mirada y actitud con que se afronta.
    En mi caso, una de ellas la carrera de derecho, otra, la maternidad. Maravillosa simbiosis para "ejercer" buscando el equilibrio entre las partes, adecuarme a sus necesidades, capacidades y medios, procurar el mejor acuerdo y el más sostenible.
    Todo ello para descubrirme un día sustituyendo el manido "hay que compartir", por "hay que pactar".
    De pronto, mi mente me asalta: ¡Bienvenida a la profesionalización de la maternidad!

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  • Imagen de perfil23 años y tres meses

    Alejandra Rusell Giráldez 

    Me he inventado un despacho, testigo mudo de litigios. Con una mesa situada en el centro. Con paredes forradas de estanterías, hasta el techo. Con una escalera de diseño para acceder a los libros.
    ¡ Los libros! Qué haría yo sin ellos. Libros de derecho, de economía, de ficción. Libros.
    Me he inventado clientes afables, con los que es fácil pactar.
    Me he inventado una toga y un maletín con tachuelas. Me he inventado un marco de metacrilato verde para colocar mi título, pendiente de recoger en la facultad.
    Me he inventado unas vacaciones en el pueblo costero de mi niñez, para revivir carcajadas espontáneas .
    Me he inventado que hay otras elecciones para vivir.
    Me he inventado otro diagnóstico. Una vida larga que ya no tendré. Desde la cama del hospital, nadie me va a prohibir soñar.

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  • Imagen de perfilTres hermanas

    Juan Antonio Suárez Merino 

    Esta es la historia de tres hermanas:
    La mayor, llamada sentencia, es la más mandona de la casa. Siempre hay que hacer lo que ella dice. No le gusta pactar nada con nadie. Se dedica a resolver los litigios entre las partes. Los abogados la adoran, si el resultado se vuelve favorable. Si es negativo, siempre se reta en duelo, con su enemigo íntimo, el recurso.
    La segunda, la señorita providencia. Es más discreta y afable que la anterior y aunque procede del mismo padre que la sentencia, tiene menos poder que ella. Es insulsa y poco coqueta, pero a veces "tiene su aquel" y ella lo sabe.
    Por último, doña Dior. Es la más joven e inexperta. Se siente discriminada e incluso, a veces ninguneada. Cuando se va de vacaciones, nadie la echa de menos. Si hubiera elecciones generales sería, sin duda, la menos votada de las tres.

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  • Imagen de perfilUn minuto

    Manuel Rodríguez Antón 

    Un minuto. Es el tiempo que tengo ante este Tribunal de atrezo, en el que nadie gana un litigio. No hay en la sala una mueca afable ni un gesto humano. Todos sabemos que estoy sentenciado, que ya no existo. Tampoco, el término justicia. He renunciado a la defensa, antes de preso era abogado y solo me he acogido a mi última palabra.

    Un minuto: recuerdo las historias de mi abuelo sobre una guerra que se repite y en la que ahora yo soy el vencido. También, lo ocurrido tras las últimas elecciones donde nadie pudo pactar con nadie: los titulares incendiarios; las acusaciones de pucherazo; el golpe; las vacaciones interrumpidas y el exilio de los míos...Nos maldigo, por olvidarnos de la fragilidad de la Historia y de la levedad de la memoria de los hombres. Pero no diga nada.

    Un minuto: de silencio. Que guardo por todos.

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  • Imagen de perfilDISPOSICIÓN COMPLACIENTE

    Juan Manuel Chica Cruz 

    Es odio mutuo. Él madridista, yo del Barsa. Él, con menos nota, estudió medicina, yo farmacia. Él montó una consulta y yo una botica. Sus pacientes presentaban recetas de caligrafía horrorosa y yo criticaba su prescripción médica. Los dos nos enamoramos de la misma mujer, la abogada, como la llamaban en el pueblo por ser la única. A los dos nos dio calabazas. Eligió al veterinario. Después diría que su marido veía en los animales menos bestialidad que la que ella conoció en sus pretendientes de la rama sanitaria. Al fallecer el alcalde el médico fundó el partido “Por mi pueblo” y yo, ipso facto, fundé “Por tu pueblo” y hemos concurrido a las elecciones municipales. Resultado: empate a votos. La abogada muy afable nos ha recomendado no empezar ningún litigio con el recuento ni con nada. Necesito unas vacaciones y por complacerla estoy dispuesto a todo, Incluso a pactar.

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  • Imagen de perfilMALA SUERTE

    Ana Isabel Velasco Ortiz 

    La reciente convocatoria de elecciones generales es un exceso de trabajo para los que constituimos el colectivo del servicio de Correos del país.
    El paso del tiempo, me enseñó a aceptar los retos con calma y espíritu afable así que, estaba seguro de que este verano, disfrutaría con más entusiasmo de las vacaciones programadas y pagadas.
    Hoy, ha sucedido lo inesperado. Uno de mis compañeros me ha entregado la designación como miembro de mesa electoral.
    Presa del pánico, he ido al despacho del abogado de la empresa. Tal era mi desesperación que, he insinuado, iniciar un litigio contra el gobierno. El letrado ha dicho que un crucero por las islas griegas no justifica eludir responsabilidades democráticas, que no se puede pactar con el destino.
    Lo grotesco de la situación es que el 23 de julio estaré presidiendo la mesa electoral y mi voto llegará por correo postal.

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  • Imagen de perfilPoderoso caballero

    Nerea Barros Domingo 

    Mira que he presenciado situaciones curiosas en el despacho. Pero un litigio entre dos hermanas, empecinadas en cuidar a su madre, no es lo habitual. Ambas se deshacen en mimos con la anciana, y sospecho que tras el tono afable y la empalagosa cordialidad, no hay un fin altruista.
    Propongo pactar un periodo de tiempo en casa de cada hija, pero ellas ya han hecho su elección . Pretenden mudarse al lujoso pazo de la anciana y acompañarla durante sus vacaciones en el chalet de la playa. Pero insisten en que sólo una de ellas se ocupará del "bienestar de mamá". Ante la falta de acuerdo, la progenitora les lanza una mirada de resignación. Abre el monedero, saca un euro, y lo lanza al aire mientras dice: -como siempre, en esta familia, el dinero lo soluciona todo. ¿Cara o cruz?.

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  • Imagen de perfilLA COMUNIDAD

    Mª Teresa Sol Martorell 

    Acabo de abrir mi despacho en una pequeña comunidad de vecinos. Un señor sonriente y de mirada afable, me saludó cuando colocaba en mi puerta un rótulo con la palabra ABOGADA.
    Seguidamente recibí la convocatoria de la Junta, incluyendo en el Orden del día, varias elecciones, la de la nueva Junta rectora, y presupuestos para obras.
    Esta convocatoria me pareció un buen momento para presentarme. Los vecinos parecieron muy contentos de que una abogada se hubiera instalado en su escalera.
    En la elección del Presidente, sentí que todos se fijaban en mí, y yo orgullosamente me presente voluntaria para el cargo.
    Nunca pensé verme implicada en tanto litigio entre mis vecinos, y tener que pactar soluciones tan pintorescas como determinar el olor del ambientador del ascensor.
    Solo me consuela la cercanía de las vacaciones, y dentro de mi cabeza resuenan las palabras de mi madre: “Voluntaria ni para comer”.

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