¿ACUSACIÓN O DEFENSA?

José Miguel Rubio Polo · Murcia 

Pues claro que el Abogado iba estresado, como que acababa de llegar corriendo al Palacio de Justicia tras atravesar el odioso tráfico. Llevaba el síndrome del automovilista furiososo, su negra toga colgada de un brazo y la negra cartera en la otra mano. Observó en el directorio de la pared dónde estaba el Juzgado que buscaba para la Vista; segunda planta. Sustituía a un compañero en una emergencia y por el móvil casi sin cobertura no le había podido explicar apenas nada, con lo que iba a la cita con la justicia sin más conocimiento que el nombre del Juzgado y el del cliente. Cuando llegó a la sala de vistas, entró suavemente. Jueza, Secretaria y Fiscala estaban de entrejuicios, charlando amigablemente. Vió un individuo con cara de cliente que había y le preguntó «¿es usted denunciado o denunciante?» «Denunciado», respondió. «Pues allá vamos».

 

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