12.343
Nicolás Montiel PuertaAlma tuvo que ocuparse sola de su hijo. Vivían en esa zona de la ciudad que queda a la izquierda de cualquier autovía, y que al pasar solemos mirar de reojo. Sin suministro eléctrico, sin alcantarillado, sin asfaltado, sin otra cosa que necesidad. Por no delinquir, pasó hambre, teniendo la mendicidad como único recurso para proteger a su hijo de los nubarrones en perpetuo crecimiento que oscurecían ese mundo olvidado tan alejado del centro.
Y en el centro, hace un mes, Manuel murió atropellado por un conductor borracho que fue puesto inmediatamente en libertad, ella cree que por ser hijo de quien es.
Le prometo que haré todo cuanto pueda, y al despedirnos reparo en la pulsera negra que luce en su mano derecha.
-¿Cuenta usted los pasos que anda cada día?
La mujer suspira antes de responder:
-Cuento los pasos que hay desde mi casa al cementerio: 12.343.
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Hola, Nicolás.
Este micro me ha… ¿cómo lo digo? Emocionado, sí, emocionado.
Desde la primera palabra (te confieso que era el nombre que desde niña pensé en poner a mi hija cuando la tuviese), hasta la última cifra demoledora que señala un camino hacia un lugar del que no se puede volver.
Es una historia dura, pero inmensa.
Te deseo toda la suerte del mundo, porque tu estilo limpio la merece.
Enhorabuena y felicidades.
Ah, y un abrazo gigantesco.
Muchísimas gracias por haberte emocionado, para mí es un orgullo, viniendo de ti. Lo del estilo limpio me encanta. Suena genial. Un abrazo intercofinado de los gordos.
Encabezar una historia con una cifra, como presentación, es en sí una acción valiente, que merece la importancia que se le otorga, una distancia que recorrer a la que parece abocada esta mujer. Sin embargo, pese a los varapalos recibidos, no se rinde. Su abogado sabrá estar a la altura y buscar eso que llamamos Justicia, así, con mayúscula.
Suerte con este brillante relato de tragedia y lucha.
Un abrazo
Te confieso, Ángel, que si me seleccionan un relato y es de tu agrado, espero con gusto tu comentario. Eres capaz de penetrar en lo que hay más allá, siempre proyectas la continuidad de la historia muy atinadamente. Muchísimas gracias por tu apoyo. Un abrazo
Una mezcla de emociones, imágenes e impresiones que capta la atención ya desde el título. Enhorabuena, Nicolás, mi voto y un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Juan Manuel, eres muy amable. A veces, haciendo cuentas, se cuenta mucho. Otro abrazo para ti.
Querido Nicolás,
Tu relato tiene tanta alma como el nombre de tu protagonista, sincera, cruda, real. La contraposición de esa vida marginal sin medios (hasta 3 «sin») condicionada por la necesidad con el dramático desenlace causado por los excesos de alguien con situación acomodada que ocurre en el centro no es casualidad… es un relato muy estudiado, tanto como los pasos que cuenta esa pobre mujer.
Bravo por ti, amigo!
Mi incondicional voto y mis sinceros deseos de suerte, como siempre!!!
Marta
Un fuerte abrazo… o mejor… 12.343!!!
Me quedo con tus 12.343 abrazos, amiga. Y muchísimas gracias por tu siempre atinado y generoso comentario. En cierta medida, mi protagonista, como en tu relato, también tiene un horizonte por delante, pero limitado en cuanto a la distancia.
Otro abrazo más.
Buen relato Nicolás. En recuerdo de todos los que viven en el margen izquierdo de la felicidad, y de las madres, y de los que luchan… Muy bien escrito, como siempre.
Muchas gracias, amigo. Deberíamos dejar de mirar de reojo y contar más. Un abrazo enorme, compañero.
P.D.: Unas amigas y yo seguimos esperándote en el vagón restaurante…
Me pregunto qué hubieses llegado a expresar, si en vez de 150 palabras te hubiesen permitido 12.343
Felicidades por ser capaz de condensar todo el dramatismo de tu historia en esas escasas palabras, llenas de esa tristeza y desesperación, que a veces la vida te obliga a padecer, porque ni falta ninguna ni sobra ninguna.
Con 12.343 no sé qué hubiese escrito, pero me quedé con las ganas de escribir la frase: «la mujer se sentó aferrándose a su bolso negro acharolado, como quien se aferra a un salvavidas». Pero no fui capaz de encajarla. Muchísimas gracias por tu generoso comentario, Guillermo. Un abrazo
Buenos días Nicolás.
Tu relato me ha emocionado, fiel reflejo de una dura realidad.
Muy bien narrado.
Enhorabuena.!
Buenos días, y muchísimas gracias, Alejandra. Celebro que te haya gustado hasta el punto de emocionarte. Un saludo.
Otra vez nos has emocionado con tu relato, Nicolás. Me encantan esos pequeños detalles que impregnan a tus relatos de una sensibilidad especial, y que nos llegan a lo más profundo.
Mucha suerte con este relato en el que describes, maravillosamente, las injusticias de este mundo en el que vivimos.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias por los elogios de tu comentario. Estoy encantado de que repares en esos detalles a los que aludes. Un fuerte abrazo para ti también.
Cruda historia la que nos cuentas, Nicolás, pero perfectamente narrada, como siempre. Has integrado con precisión de cirujano las palabras obligadas y has conseguido ensartar una punzada en el corazón del lector. Si una historia no consigue emocionar de algún u otro modo, sencillamente no es buena. La tuya lo es. Felicidades y mi voto para tu pobre y desconsolada Alma. Besicossss
Mi pobre y desconsolada Alma te agradece infinitivamente tu generosísimo comentario, y tu profunda capacidad de análisis. Eres grande, Capi. Muchos besicos también para ti.
Que relato más bello, Nicolás. Si la historia ya de por sí es muy emotiva, con la manera de contarla resulta sobresaliente. ¡Enhorabuena!
Muchísimas gracias por tu amable comentario. Un abrazo.
Nicolás, desgraciadamente existen hoy en día situaciones como la que narras en tu relato. No sé si la cifra que pones (12.343) tiene alguna significación especial para ti, pero en todo caso felicidades. Ahí va mi voto. ¡Suerte!
La cifra es una más, como tantas otras que a todos se nos presentan cada día. Muchas gracias por tu voto y mucha suerte también para ti.
Cada paso que damos en la vida cuenta. Otro cosa es saber contarlo como tú.
Un abrazo, Nicolás
Es verdad que cada paso cuenta, incluso los que se dan para retroceder y rectificar. Muchísimas gracias por tu comentario, y un otro abrazo para ti.
Que buen relato, Nicolás. Duele ponerse en la piel de tu protagonista. Te felicito y te deseo mucha suerte. Un beso y un voto.
Eres muy amable, Ana Isabel. Muchísimas gracias por tu comentario y tu voto. Otro beso para ti.
Un feo paisaje muy bien pintado en el primer párrafo, unas pocas pinceladas te han bastado. Cunde la emotividad. Bien hecho, y no era fácil. Voto.
Muchas gracias, Manuel. Por desgracia, si miramos bien, siempre hay feos paisajes alrededor. Gracias por tu voto y un abrazo.
Hermosso.
Muchas gracias por tu comentario, Fuensanta. Un saludo
Muy bien escrito.
Muchas gracias, Carmen. Celebro que te haya gustado. Un saludo
Nicolás que demoledora respuesta la de esta mujer. Una vida atroz la que lleva.
Mi voto.
Muchísimas gracias, Josefa. Te agradezco tu comentario y tu voto. Un abrazo
Dura historia pero real como la vida misma, tanto como esa zona de la ciudad a la izquierda de la autovía que miramos de reojo. Realidades injustas de un mundo injusto. Enhorabuena Nicolás, mi voto.
Casi siempre vamos por la vida demasiado de prisa, absortos en la realidad, sin reparar en otras injustas como bien dices. Muchísimas gracias por tu comentario y tu voto. Un abrazo
Alejada también del cementerio, exactamente por 12.343 pasos, Alma padece las injusticias de los desalmados. Albergamos la esperanza de que quien narra, y defiende acusando, su caso, haga efectivamente cuanto pueda.
Bonita historia, Nicolás.
Mucha, y buena, suerte.
Muchas gracias por tu comentario. En este caso son 12.343 pasos, pero lo cierto es que la injusticia no entiende de distancias. Muchas suerte también para ti
Un relato que remueve la conciencia.
Un relato triste, cercano, actual (qué bien utilizado el detalle de la pulsera de actividad).
Y, como siempre, magistralmente escrito.
Mis felicitaciones y mi voto, Nicolás.
Eres muy generosa, Amparo, muchas gracias por tu comentario y tu voto. Un abrazo
Preciosa estampa negra de una situación tan frecuente en nuestras ciudades. Me encanta lo de «a la izquierda de cualquier autovía». Hay tanta desesperación y tanta lucidez al confrontar los dos mundos en el último diálogo que obliga a repensar. En fin, que mi voto es tuyo. Suerte
Muchísimas gracias por tu generosísimo comentario, Esteban, y por tu voto. Un abrazo
Qué íntimo el significado de ese número y cómo nos ayuda a darnos cuenta del largo peregrinar de la madre. Muy emocionante. Un abrazo
Muchas gracias por tu generoso comentario y por emocionarte. Otro abrazo para ti.