Abracadabra

Maria Celia Martínez Parra · El Escorial (Madrid) 

Ayer, debido a las grandes nevadas que asolan Europa, ni mi hija Oksana acudió a la escuela infantil ni yo al despacho. Mientras en mi cabeza rumiaba el señalamiento de hoy, me senté en su cuarto rodeada de juguetes, dejándome transformar en un mago con capa roja y capirote brillante, por una Oksana emocionada, que gritó al acabar: – ¡Mamá, haz magia! Entorné los ojos solemnemente, como requería la ocasión, y agité una varita mágica de luces intermitentes sobre la boca de un cubo dorado, exclamando: – ¡Entrepunces de los colmes! ¡Concilia de la corneja¡ y ¡Estroncio de capuleto! … ¡Que el juez dicte mañana la absolución para mi cliente! – Pero, ¿qué dices mamí? Abrí los ojos y la vi muerta de risa, como hoy yo, en mitad del juicio, al descubrir asomando en mi bolso su varita mágica y su cubo dorado.

 

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