Confidencial
M.Salvador MuñozEl proyecto urbano, construir un lujoso hotel, quedó varado ante la intransigencia de la anciana a vender su vivienda.
Es mi oportunidad, el bufete me ha elegido para intentar convencerla. Investigo su vida y averiguo que es una solitaria octogenaria a la que su marido maltrataba y que, por suerte, un día abandonó. Siento lástima, pero soy una persona resiliente. Si aproveché que mi novia me dejara para salir del armario, podré capear esta empatía que me paraliza.
En mi tercera tentativa observo que, nerviosa, mira constantemente la pared del salón. Una idea se incrusta en mi mente, juego mis cartas y golpeo con los nudillos buscando una oquedad. Su respingo, su semblante, confirma mis sospechas. Le digo que la destrucción será total, el material de los edificios caerán por toneladas ocultando el pasado.
Tras rubricar el contrato, nuestras miradas firmaron para siempre un pacto de silencio.
+17
Queremos saber tu opinión
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Como dice Serrat en una de sus canciones, «existe siempre una razón escondida en cada gesto». Las de esta anciana no se basaban en la cabezonería, la comodidad o algún tipo de motivo sentimental, sino en el temor a que saliera a relucir el cuerpo del delito, el cadáver de quien le hacía la vida imposible. Este abogado demuestra que para ejercer un oficio no solo hacen falta conocimientos técnicos y su aplicación, sino también conocer a las personas.
Un relato con un título que le sienta como un guante y un secreto difícil de mantener, pero la confidencialidad, la profesionalidad y quizá, también, la justicia, es lo primero.
Un saludo y suerte
Un abogado perspicaz y muy intuitivo que ofrece favor por favor. Mi voto y suerte.
Me ha parecido muy bueno, la verdad. Lo he votado con gusto. Saludos
No existe el crimen perfecto, y no acabo de fiarme de tu abogado, pero qué se le va a hacer. Hay chantajes imposibles de rechazar. Un relato muy bueno, muy sutil. Enhorabuena y mi voto. Un saludo
Muy requetebueno, Salvador.
suerte con él.
Un abrazo enorme.
Muy listo el abogado, y descubriendo el secreto de la anciana hasta le hace un favor, en vez de aprovecharse. Me gusta así y lo voto. Suerte!
Siempre hay un motivo, aunque esté bien escondido. Solo hay que saber mirar.
Un saludo, Salvador
Confidencial… buen título y mejor posición la de tu abogado resiliente, Salvador!!!
Me lo estaba oliendo… no lo dices pero todos lo sabemos en cuanto ella mira la pared.
Esos silencios literarios que llevan a un giro sorpresivo final me encantan, bravo!
Mi voto, te deseo suerte y te mando un abrazo!
Marta
Tu protagonista encontró el talón de Aquiles de la anciana. Muy buen relato, Salvador.
Te deseo mucha suerte y voto por olvidar el pasado.
Besos apretados.
Un placer navegar con vosotros. Muchas gracias por los comentarios. Abrazos.✍