Imagen de perfilEl plan

JUAN PEDRO AGÜERA ORTEGA 

Aquel extenso terreno había sido catalogado como urbano. Si vendía las tierras de su familia, sería millonario. Allí solo estaba la ruinosa vivienda de su abuela, sin apenas valor material. Pese a ello, rechazó la opulenta oferta. Eran sus raíces, su infancia, y no quería perder el último lazo con su familia.
Salió al porche y miró a los campos donde la multinacional pretendía construir una urbanización de lujo y un campo de golf. ¡Golf, en aquel secarral! Una completa aberración ecológica.
Los demás cedieron a las presiones, pero él era resiliente, tenía un plan, pensó mirando las jaulas.
Contactó con su abogado. La documentación era correcta. La demanda estaba en curso. En cuanto el juzgado iniciase las instrucciones, las liberaría. Cuando los técnicos medioambientales detectasen aquella incipiente población de aves en peligro de extinción, ni la corrupción del ayuntamiento podría impedir que aquel paraje se convirtiese en zona protegida.

 

+9

 

Queremos saber tu opinión

12 comentarios