Recalificación inversa
Nieves Prieto LavinCompré el solar con el deseo de construirme a capricho una vivienda para la jubilación. Los tres primeros años, sin prisa, recabé todo el material. Seguidamente hice un curso avanzado de Autocad para hacer los planos a nivel detalle máximo. El trienio siguiente lo dediqué a un casting de albañiles y artesanos. Pero he aquí que tanto tiempo me entretuve en el empeño que la Administración se sacó de la manga la recalificación inversa: mi suelo pasaría de urbano a urbanizable y luego a rústico. No hubo abogado –ni siquiera uno llamado Don Urbano- capaz de deshacer aquel desmán en nombre del cambio climático, pese a litigar hasta Estrasburgo. Nuevos tiempos, nuevos paradigmas, decían. ¿No se podían tener hipotecas en negativo y pagar por depositar millones en los bancos?. El mundo seguía girando pero jurídicamente se había vuelto del revés. Resiliente, planté un huerto y morí viendo crecer la hierba.
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Ya sabes aquel añejo refrán de «el hombre propone y Dios dispone». A veces las cosas no funcionan porque no se han planificado, pero también es verdad que en muchas ocasiones, por más que nos empeñemos, sucede lo contrario. Cuando no queda otra que resignarse decimos que es el destino. Tu protagonista intentó un camino que se le torció, pero ha sabido adaptarse al contrario y ahí reside su mérito. Quizá fue más feliz de esta segunda manera.
Un saludo y suerte, Nieves
Muchas gracias por el comentario Ángel. Sí, estoy segura de que al final fue feliz y se ahorró un montón de quebraderos de cabeza en las obras, que nunca salen como imaginamos :-)
Una pena, el pobre hombre, se toma su tiempo y al final le fastidian los planes. Yo, que soy muy planificadora, empatizo plenamente con él.
Suerte y besos, Nieves.
Muchas gracias Ana. Yo también planificadora y aries, todos los protagonistas de los micros se parecen un poco a mí jaja. Un abrazo grande.
Interesante e inteligente, como todos tus relatos. Enhorabuena, Nieves!! Que tengas mucha suerte!!
Muchas gracias maestrooooo!
Se agradece un relato bien escrito, con ironía y a contracorriente. La próxima vez, en vez de a Don Urbano llama a D. Prevarico. Ese no falla. Enhorabuena.
Me encanta Don Prevarico. Y me sugiere un bonito nombre para un micro en el que salga un rey godo… Uhmmmmmm….
Abrazos!