Imagen de perfilEl Fantástico Hombre Bala

José Manuel Dorrego Sáenz 

Papá nunca me perdonará que haya terminado como abogado de un vulgar circo ambulante. Él me veía trabajando en un bufete de prestigio, vistiendo trajes carísimos, dejando propinas de 20 euros en los restaurantes y defendiendo a políticos corruptos. Un empleo a la altura de sus expectativas, en fin. Pero qué quieres, la gente del circo forma parte de esa población vulnerable que necesita de tipos como yo ¡Y no te imaginas el trabajo que dan! Ya he defendido a un funambulista acusado de extorsión, al enano que urdió un plan para erradicar a todos hombres con más de un metro y medio de estatura de Wisconsin e incluso a El Fantástico Hombre Bala, que apuntó el cañón hacia las gradas y se lanzó contra el público al grito de “¡¡Vais a morir todos!!” Es un maldito tarado, de acuerdo, pero hasta un Fantástico Hombre Bala merece una segunda oportunidad.

 

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