Historias de Maratonaz
Pablo García MuñizAquilino vivía obsesionado con un nicho cuya herencia le había tramitado yo mismo, meses atrás. Le perturbaba poseer algo de lo que nunca disfrutaría y pasaba los días buscando un empleo adecuado para su propiedad. Quiso convertirlo en almacén, huerto urbano, hotel.
– ¡Lo alquilaré a turistas! -decía-. «VIVA POR UNA NOCHE LA EXPERIENCIA DE ESTAR MUERTO». Imagine, abogado.
Logré erradicar tamaños disparates de su mente, pero no conseguí evitar que Aquilino utilizara su nicho para dormir sus siestas vespertinas, a la mínima oportunidad. Sentirse vulnerable a la muerte -decía- le llenaba de vitalidad.
Tanto tiempo pasó en su nicho que la parca le alcanzó dentro. Quizás fue él quien alcanzó a la parca, no sabría decir. A la ceremonia acudimos todos los vivos de Maratonaz, muy superados en número por la población de difuntos. Y era extrañamente reconfortante ver la expresión sosegada de Aquilino. Aliviado, realizado… Tan finadamente feliz.
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Una persona práctica es la que, consciente de su desenlace, busca disfrutar en vida lo que después ya no podrá. Sin embargo, a su abogado, que tan bien conocía sus aficiones y obsesiones, parece quedarle una duda, tal vez esa expresión de felicidad de su cadáver implica algún tipo de disfrute más allá de la vida física.
Una historia original, con toques de humor negro.
Un abrazo y suerte, Pablo
Muchas gracias, Ángel. Mucho me temo que Aquilino no fue del todo práctico en sus últimos meses, aunque tienes mucha razón. Suerte y otro abrazo de vuelta!
Jejejeje, muy bueno, Pablo. En especial eso de «finadamente feliz». Mi voto.
Muchas gracias, José Luis :)
Un saludo.
Tu historia tiene algo que engancha de principio a fin. Siempre hay un fin, qué lástima.
Muchas gracias, Margarita, me alegro mucho de que te haya enganchado. Deseando leerte pronto, un saludo.
Magnífico relato, extrañamente perturbador a la par que divertido. Enhorabuena, mi voto, y un saludo
Esa era toda su intención, así que muchas gracias, Nicolás. Un saludo :)
Creo que ese fue el mejor provecho que pudo sacarle a su nicho, primero para dormir buenas siestas y finalmente para descanso eterno.., y con esa expresión de felicidad.
Mucha suerte Pablo y cuenta con mi voto. Saludos.
No hay duda de que aprovechó muy bien el nicho, José Manuel. Creo que bastante mejor que otras cosas que le ofrecía la vida. Hay obsesiones complicadas y herencias envenenadas, difíciles de llevar.
Muchas gracias por tu voto y por las palabras, José Manuel. Un saludo :)