Imagen de perfilLey y orden

Jerónimo Hernández de Castro 

El bufete ofrecía una panorámica desoladora. Un amorfo planeta de papel era el causante del eclipse total del mobiliario. La abogada y su secretario se afanaban en lo imposible, temiendo que las medidas a adoptar llegaran demasiado tarde.
Tanto revuelo por un simple gráfico, impreso furtivamente desde una memoria USB destruida al instante. Sin copia de seguridad en el servidor ni en la nube. Un sencillo cruce de ordenadas y abscisas, reflejo de la absorción del tóxico administrado a su cliente durante años, la prueba definitiva de culpabilidad del envenenador.
Dos gritos simultáneos ahogaron la sucesión de reproches mutuos y se quedaron mudos e inmóviles, con la mirada fija en la trituradora de papel.

 

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