LA SENTENCIA
Yolanda Nava MiguélezCuando Mario cambió la última letra de su nombre por una “a” cambió también su vida. Dejó de sentirse insegura y vulnerable y logró sus objetivos profesionales. Hoy le toca asistir a un caso complicado, dos menores saldrán del recinto con un veredicto que tal vez cambie sus vidas. La defensa del demandante peleará para que su cliente sea beneficiario de la custodia total de los niños, aduciendo que su pareja ha cambiado de sexo siguiendo su nueva orientación sexual y ello va en detrimento del desarrollo emocional de los pequeños. Cuando le llega el turno a la nueva madre, esta argumenta que solo quiere lo mejor para los niños, resaltando que el cariño y los valores que tiene para darles no tienen género. A María no le queda ninguna duda sobre la sentencia que debe dictar.
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En el mundo de la judicatura, como en toda la sociedad en general, nos queda mucho que aprender, hemos de adaptarnos a unos tiempos que deberían estar marcados por el respeto y la diversidad. Es el mensaje, cada vez más actual, que transmite tu relato, que deja claro que el cariño y los valores no tienen género, dejando para el final, con oficio de gran microrrelatista, que la persona que cambia de sexo, asumiendo el que en realidad le correspondía, es la propia juez. A veces, un cambio de letra, es mucho más que un simple cambio.
Un abrazo y suerte, Yolanda
Yolanda, me parece que cambiar letras en los nombres consigue que hagas un micro redondo.
Me gusta mucho el tema que tocas y cómo lo haces.
Enhorabuena y un abrazo enorrrrrme.
No hay nada como saber de primera mano de lo que se habla. Aunque también se puede practicar intentar ponernos en el lugar del otro.
Ojalá tengas una sentencia favorable, Yolanda.
Un abrazo
Muchas gracias, amigos!
Yolanda, tu relato cuenta una realidad de hoy en día. Como dices el cariño y los valores no tienen género. Y el simple cambio de una vocal no tiene tanta importancia.
Me ha gustado tu relato.
Te deseo mucha suerte.
Un saludo.
Muy imaginativo relato, que aborda un tema de candente actualidad. Yo , a la hora de dictar sentencia, no tendría en este caso, tampoco, ninguna duda. Mi voto que ya te otorgué y un abrazo,