VI Concurso de Microrrelatos sobre abogados

Ganador del Mes

Ilustración: Juan Hervás

Via Crucis Judicial

EULALIA BRONDO PETRUS · CIUTADELLA DE MENORCA (ILLES BALEARS) 

Mi abogado presentó el primer escrito referido a la causa en 1999, año en el que el Deportivo ganó su última liga. Desde entonces había tenido dos hijos, tres trabajos, y mi suegra había fallecido. Tras suspender la vista innumerables veces (faltaba un testigo, el perito no había aportado el documento, su señoría se había ausentado...), siendo todo ello de lo más legal – según mi abogado –, en julio 2014 llegó una nueva citación. Ya ante el Ilustre Juez, intenté recordar, sin suerte, qué había pedido, a quién y por qué, pero fue del todo inútil, por lo que dirigiéndome respetuosamente a su Señoría manifesté: “Déjelo, no se preocupe, no debía ser tan grave la cosa, de lo contrario recordaría que narices estoy haciendo aquí”. “Que tengan buen día”. Y sin más dilación abandoné la Sala, eso sí, muy pausadamente, tal y como requiere la justicia.

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Relatos seleccionados

  • CHISMES DE ALMUERZO

    Benedicto Torres Caballer · Valencia 

    “… Creo que voy a suspender la cita de esta noche porque seguro que haré el ridículo. Llevo meses que al vernos por los pasillos o en sala siento una extraña emoción. Debería ser agradable, aunque no lo es; tampoco resulta desagradable y por eso me parece rara. Ayer, sin ir más lejos, necesitaba sentir su presencia y me colé en su despacho. Afortunadamente no había nadie. El recinto, con cierto olor a administración y algo de albahaca de una diminuta maceta, era sobrio y estaba ordenado. Inexplicablemente comencé a fisgonear sus escritos y luego fui más lejos al registrar en los cajones. Sabía que no era muy legal pero no pude evitarlo. Cuando encontré una liga el mundo se me vino encima y salí intempestivamente; finalmente me calmé al pensar que aquello era irrelevante…” “¡Espera!… ¿Te has enamorado de la ilustre jueza o del fiscal guaperas?…” “¿Tú qué crees?”

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  • Recuerdos

    Daniel Revenga Pérez · Valencia 

    Eran casi las diez de la mañana de un lunes de septiembre. Había pasado por aquella misma avenida, con nombre de escritor ilustre, cientos de veces, camino del Juzgado. Aún recordaba las carreras para presentar algún escrito de plazo, aquellas jornadas entre expedientes y partidos de Liga los fines de semana. Era antes del despido. Aquél día se reencontró con una vieja sensación. Volvió aquel hormigueo. Las miradas se centraron en él, algunas con impaciencia, como ese Juez que quiso suspender un juicio que acabó celebrándose. Mientras sacaba sus cosas de la cartera le vino a la mente un antiguo cliente que una vez le dijo que era un malabarista legal -”qué irónico” pensó, esbozando media sonrisa-. Tras unos minutos el semáforo se puso en verde. Él se quitó el sombrero con una gran reverencia de pié en medio de la enorme calzada y el tráfico fluyó a su alrededor.

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  • PARA CUANDO NO PUEDA RECORDAR

    ALMUDENA SANCHEZ MATA · Salamanca 

    Había salido del partido de liga que se había jugado en la ciudad, y caminando hacia su casa pensó que lo más conveniente era dejar escrito aquel último día de su ya, antigua vida, para así poder recordar cuando su memoria se desvaneciera totalmente. De ese modo, podría saber durante un instante que algún día fue una persona “ilustre, legal y comprometida”, que ahora decía adiós a su vida profesional porque su memoria empezaba a fallarle en los momentos más inoportunos. Lapsus de nombres, artículos e incluso localización de salas de vistas. Aquello que comenzó como simples despistes ahora ya suponía un verdadero problema, y a veces se veía en las vistas perdido y equivocado…, ya no podía suspender más vistas, ya no podía verse sentado en una sala defendiendo la idea de justicia que había presidido su vida, cuando a veces ya no recordaba ni su propio nombre.

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  • Madrid- Barça

    Maria Jose Velasco Méndez · Melilla 

    Carta certificada del Ilustre Colegio de Abogados?.., me da que no van a ser buenas noticias. Lo sabía, alguien ha presentado una queja al Colegio por la forma de proceder de este Letrado. Sinceramente no lo entiendo. He actuado de forma legal; presenté mi escrito- dentro del plazo conferido para ello- a fin de suspender la vista que finalmente tenía señalada para el día 15. Es cierto que llevamos con este procedimiento dos años y que, tras las idas y venidas de los testigos y del perito, da la sensación que está gafado, pero creo que no se han tenido suficientemente en cuenta mis motivos?.no todos los días se puede asistir al partido en que se decide la Liga.

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  • Otro escándalo

    MANUEL FORÉS ROMERO · Valencia 

    Relee circunspecto el escrito que me encargó redactar en base a su confesión. Sabe que tendrá que librar una intrincada batalla contra la opinión pública y contra la privada. Que harán todo lo posible para que parezca una invención propia de un loco. Aunque, el hecho de que, precisamente, él, un personaje tan ilustre y admirado en el mundo del deporte, sea quien solicite suspender automáticamente el campeonato de la Liga Nacional de Fútbol Profesional, dará mucha credibilidad a su denuncia. Desde el punto de vista legal, los argumentos son impecables. Desde el punto de vista moral, también. Sólo podrían enervar sus efectos el ilógico reaccionar de políticos y mandamases temerosos de que, llegadas las próximas elecciones, cientos de miles de hinchas no hayan olvidado tal afrenta: que su archifamoso club de fútbol descienda a los infiernos al haberse descubierto el amaño, durante décadas, de un sin fin de partidos.

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  • LA PRENSA

    ACISCLO ÁLVAREZ GREGORIO · A CORUÑA 

    Último examen. Imposible suspender. Se lo sabía, y por si no fuese suficiente, siete "chuletas" rodeaban su muslo izquierdo, firmemente sujetas por una liga de color verde. La mañana soleada le proporcionaba tranquilidad, y el paseo hasta la Facultad de Derecho la oxigenaba. Se detuvo a tomar un café; y ahí se quebraron sus convicciones. En el periódico, una llamativa reproducción parcial de un escrito de demanda, con sello de entrada del Juzgado Decano; y debajo, un texto: "Karina Visiedo, Letrada adscrita al Ilustre Colegio de Abogados de Sevilla, afirma que dará la batalla legal a la multinacional... ". Como colofón, su foto en color, con toga. Aún aturdida, pagó apresuradamente y siguió su camino; pero al entrar en el aula, un ejemplar del "Herald Tribune", le hizo sonreír y quiso pensar que Marcos, su profesor de Derecho Procesal, nunca leía prensa española.

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  • ¿Hay algún abogado en la sala?

    Pablo José Barrecheguren Manero · Barcelona 

    Tras suspender su última cita y acabar el borrador de su escrito: Entre lo legal e ilegal; el ilustre señor Mendoza, presidente de la Liga de Jóvenes Abogados, se fue a cenar a La Fondue. Durante la comida un grito llamó su atención: - ¿Hay algún abogado en la sala? Mendoza corrió hacia la mujer que gritaba junto a un hombre que se retorcía en el suelo con las manos apretadas sobre el pecho: - Abogado… un abogado, por favor…- musitaba el hombre. Mendoza miró hacia la mujer: - No sé lo que ha pasado…- dijo ella-. Le he pedido el divorcio y se ha puesto blanco de golpe… - No… no tenemos separación de bienes… -gimió el hombre. Entonces, Mendoza comprendió y se arrodilló junto al hombre: - No se preocupe, soy abogado. Ella no se quedará con todo. - ¿Y con el Porsche? - Con el Porsche tampoco.

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  • Mesa reservada

    Verónica Luque Gil · Bilbao/ Bizkaia 

    '-¡La salsa no se liga. Un ilustre plantel espera al bacalao al pil-pil y no podemos suspender la degustación. Tenemos un contrato con el patrocinador y sería la ruina del restaurante! – exclamó el cocinero. - Espera, ¿la que ha llegado tarde, con m

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  • Conversación telefónica

    Raquel Bango Fernández · Avilés // Asturias 

    Resume, Pablo, en cinco minutos debo entrar al juicio. - Bien: tengo una alumna peculiar, acosadora y menor. Hace un mes la amenacé con suspender su trimestre si no me dejaba en paz. - ¿Hasta qué punto es legal a nivel educativo? - Hasta ninguno, todos sus exámenes son de diez, no de cero. Fue lo único que se me ocurrió para asustarla. Hace unos días comenzó a perseguirme por los pasillos hasta que esta mañana encontré una liga roja con una nota sugerente de ella sobre mi mesa. - ¿Qué decía? - Te lo explico tomando una copa y la lees por ti mismo. ¿Qué podemos hacer? - Ante todo no le pongas nada por escrito, es decir, nada de seguir su juego de notas. - ¿Por qué me lo cuentas? - Porque eres mi amigo, confidente, ilustre abogado y porque, sinceramente, estoy acojonado. - ¿Suficiente? - Por ahora.

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  • UN ASUNTO MENOR

    Juan Molina Guerra · Ubrique (Cádiz) 

    Difícil papeleta esta de ser mujer. ¿Cómo redacto ahora este escrito de alegaciones para lograr suspender la sanción de tan ilustre entrenador? La Liga está copada por hombres. Eran hombres los profesores que me asediaban durante la carrera. Los más osados me invitaban a copas, los más tímidos me daban collejas cariñosas para infundirme aliento en los exámenes. Aunque el mundo real nada tiene que ver con el mundo legal, ¿acaso no hay diferencia entre un mordisco en una oreja y un par de collejas cargadas de amor? Las emociones se entretejen en mi mente. ¿Por qué han tenido que encargarme a mí este asunto, ¿es que no hay más abogados en la empresa? Supongo que habrán pensado que este es un asunto menor. Lo de siempre…

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  • Y Dios creó … ¡a los abogados!

    Onintze Dominguez Rodriguez · Pamplona 

    '-¡Maldito ticket volador! El último partido de la temporada, imposible perdérmelo, como para salir corriendo detrás del dichoso ticket de aparcamiento, y claro, la multa, la grúa, el recargo¡€™345 ¡€™del ala ¡ La ráfaga de viento más car

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  • RAZONES DE INTERÉS PÚBLICO

    Rafael Olivares Seguí · San Juan de Alicante 

    La ejecución de su cliente ya tenía señaladas fecha y hora. En la cámara de gas se habían efectuado los ensayos previos establecidos por el protocolo; todo estaba preparado. Las sucesivas peticiones de indulto habían sido rechazadas una tras otra. El ilustre Gobernador del Estado aspiraba a puestos de mayor rango y no podía mostrar debilidad. Su mandato terminaba esa misma noche. El experto abogado recurrió a un último resquicio legal; mediante un escrito solicitó suspender por unos días el cumplimiento de la sentencia; pretendía con ello abrir una ventana a la esperanza con la elección de un nuevo Gobernador. Y lo consiguió alegando razones de interés público; claro que su argumento resultó irrechazable: a la misma hora prevista para la ejecución se jugaba la final de la Liga de Campeones.

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  • Despedida de soltero

    Montse Augé Hernández · Sabadell (Barcelona) 

    ¿Qué hacía un ilustre abogado en una tienda de lencería, en pleno centro de Madrid y con una liga entre sus manos? Habría sido capaz de suspender la boda tan solo por evitar la cruel despedida de soltero que le esperaba. Sus amigos le habían escrito detalladamente una serie de instrucciones que debía seguir al pie de la letra antes de llegar al restaurante, prometiendo que no le obligarían a hacer nada que no fuese legal, por ejemplo comprar una liga de color rojo. Lo ilegal o poco decoroso fue inmortalizar la imagen de la compra de la sugerente prenda y colgar la foto en la calle Serrano, justo en la mismísima fachada del Colegio de Abogados.

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  • LE SUSPENDIÓ LA VIDA

    MANUEL MACHARGO FERNANDEZ · Gijón 

    El alumno de tercero derecho presentó corriendo el escrito del examen al Ilustre Catedrático, este le miró de reojo y le preguntó socarronamente, tiene Vd. prisa? Empezó la liga D. José, hoy juega el Madrid-Barcelona, ¡no me lo puedo perder! Un momento, es el cuarto examen que hace Vd. de esta asignatura, y sabe que le digo, que aunque no sea muy justo ni muy legal, - yo esta vez no lo voy a suspender - la vida se va encargar de ello. ¿Que le sirvo D. José?. ¿Lo conozco? Vd. era el alumno que tenía prisa por ver el fútbol, no?. Enhorabuena, ahora puede ver todos los partidos que quiera, verdad?. No, D. José, ahora tengo que atender todas estas mesas, no me puedo parar ni un minuto. Adiós D. José, no sabe cuantas veces me acordé de Vd. Adiós, y recuerde …aún está a tiempo…

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  • FRACASO O VICTORIA

    Toni Peñaranda Palmer 

    ¿Quieres? Éxito. Fama profesional. Lo garantiza defender al mejor jugador de la liga en sus flirteos con Suiza o Jamaica. Ilustre ignorante nacido para dominar el balón, rodeado de asesores más lesivos que el peor de los defensas. Disfrutas, sigues con la voracidad legal que te caracteriza sin importarte que o quien se interponga en tu camino. Suspender, aplazar, reanudar. Cual medio centro de talla mundial, en los Tribunales se juega al ritmo que marcas. Ríos de tinta se han escrito sobre ti. Alcanzas el Olimpo profesional y eres venerado por compañeros y enemigos. Todo muy épico pero notas el vacío. Tu vanidad y ego se alimentan de promesas incumplidas, cumpleaños perdidos y de escapadas románticas que terminaron en cena para uno. Te alejas inconscientemente de todo aquello que te mantenía vivo: familia, amigos, libertad. Minutas elevadas a la par que envenenadas. Apostarlo todo para alcanzar la gloria. ¿Quieres?

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  • Las orejas del lobo

    Jose Ignacio Juarez Chicote · Madrid 

    Querido Decano: Te dirijo este escrito como máximo representante de nuestro ilustre Colegio, convencido de la perplejidad y desolación que te habrá causado la decisión del Tribunal Supremo de suspender definitivamente la profesión de Abogado. Aunque desde un punto de vista formal cabría revisar si esta decisión es legal, materialmente su firmeza y ejecutividad implican la inexistencia de profesionales que puedan sostener la causa. Nunca pensamos que fuera a llegarse a esta situación tan surrealista, pues nada paraba el ejercicio ciudadano del derecho de defensa: ni cuando elevaron las cuantías mínimas para recurrir, ni cuando establecieron trabas y trampas procesales atemorizantes y desincentivadoras; tampoco cuando impusieron aquellas tasas desproporcionadas e injustas… Ahora, al sonar el pitido final del último partido, comprendemos que esta liga la han perdido la sociedad, el Derecho y la Justicia. ¿Qué hicimos mal? ¿Cómo pudimos no verlo? Con enorme tristeza, se despide el abogado que fuí.

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  • PURO MIEDO

    Agustín Herrero Nava · Madrid 

    Era abogado y me hice opositor. Hoy, camino del Colegio Notarial, estoy muy excitado porque esta vez el Ilustre Tribunal de la oposición no me va a suspender, aunque el examen no sea escrito. Además de ir legal, en cuanto a sustancias químicas, porto mi infalible amuleto y como me decía mi abuela, me he puesto muda limpia: "por si me pasa algo". Eso sí, como me pase algo poco grave, tendré que soportar cien miradas acusadoras y muchas más preguntas incómodas; pero como me pase algo fatal, mi familia tendrá que soportar millones de comentarios del tipo: "había perdido la cabeza de tanto estudiar, no es normal ir a examinarse con una liga de encaje debajo del traje".

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  • Por una liga

    Graciela Galdo Vigo 

    Nunca pensó que ella lo engañaría y firmó aquel escrito pensando que era legal. Confiaba en aquella mujer que le había descubierto lo que era el amor y firmó su ruina, estaba desahuciado ante sus colegas, ante su familia. Y todo por aquella rubia que, con tanta seguridad, había entrado en su consulta y le había mostrado su liga asomando por debajo de la falda, aquel mismo día decidió suspender todas su citas para amarla encima de la mesa del despacho y a partir de ese momento ya no vivió más que para complacerla. ¿Qué iba a hacer si su madre se enteraba?¿Cómo iba a explicarle que el ilustre abogado que ella había querido que fuera ya no era más que un hombre enamorado en manos de la mujer equivocada? Por eso, la nota de despedida sólo decía una cosa: Te quiero mamá.

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  • Saturado

    Gaizka Etxebarria Cubillo · Bilbao/Bizkaia 

    '-¡Perdón su ilustre señoría! No volverá a suceder. El borracho de mi cliente vociferaba al juez como a un árbitro de liga de futbol. No era legal, ya lo sabía. La reventa de entradas era lo único que sabía hacer, ideales de dinero rápido, y el c

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  • Un domingo sin fútbol

    José Luis González Martínez · SAN SEBASTIAN (Guipúzcoa) 

    El abogado solicita permiso para acercarse al estrado. “¿Imagina, señoría, un domingo sin fútbol?”, señala corrosivo. Se atusa el pelo y descuelga una sonrisa tan ilustre como socarrona. Paralizado, el magistrado clava los ojos en el escrito solicitando el aplazamiento del pago de la escandalosa deuda heredada del presi saliente, encarcelado por corrupto. Levanta el papel disimuladamente y observa la fotografía del palco: él mismo abrazaba eufórico al flamante nuevo dirigente del club, un joven lechuguino, todavía minúsculo. Aprieta los maxilares, rebusca mentalmente algún fundamento legal para no tener que suspender ahora la mejor liga del mundo. El abogado se sienta, el magistrado falla el aplazamiento, el martillo repica acelerado, la sala de audiencias se vacía y diez minutos después el juez Maximiliano Bustos se busca la entrepierna: ahí sigue, enhiesto, el fundamento legal invocado. Inquieto, saca un calendario y remarca en doble rojo los partidos de casa.

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  • TRES, DOS, UNO…

    ROMAN LEON GARCIA · ARRECIFE 

    Tranquila, Luisa, respira... Enciende el ordenador... Sí, el botón grande... Bien. Ahora mete la contraseña. ¡¨Cómo que cual?. ¡La tuya!, no va a ser la de Rita... No me pongo borde, perdona... ¡¨Ya está?... Abre la carpeta. Ahora, abre el archivo ESCRITO. ¡¨Lo tienes?... Bien. Léeme lo que dice... ¡Vale, vale!... Cambia anular la comparecencia por SUSPENDER... Sí, correcto... Sigue leyendo... ¡Espera!. Pon "por imperativo LEGAL", queda mejor... ¡Que tenemos tiempo!, no te pongas nerviosa... Ahora abre el correo y mándaselo a la procuradora. En el encabezado pon ILUSTRE loquesea, no me acuerdo del juzgado que era... ¡¨Qué hora es?... No, la exacta... ¡¨Ya está enviado?... ¡Uf!, por los pelos... Bueno, ya te puedes ir a casa. Yo tengo partido de LIGA esta noche y cena con los del Colegio. Mañana nos vemos en la oficina... Estoy un poco hasta las pelotas, todos los días con el tiempo pegado...

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  • VISTA ORAL

    Sheila Picher Martí · Moncófar (Castellón) 

    El juez tuvo que suspender temporalmente la sesión. El motivo fue el gran revuelo formado en la sala al conocerse la pena que el fiscal pedía para ellas: las despojarían a todas de su significado. Liga estaba acusada de manipulación, por ser palabra polisémica y sembrar la duda con tantas definiciones. Escrito tenía escasas esperanzas de quedar impune, pues había constancia escrita de pruebas irrefutables contra ella. A Ilustre la acusaban de presuntuosa, aunque, llegado el momento, los Colegios de Abogados recurrirían para no quedarse sin su título de dignidad. Pero el caso más preocupante era el de Legal, palabra de conducta intachable que estaba acusada de inestable. Alegaban en su contra que, en los últimos tiempos, se unía demasiadas veces a la i-, actuando entonces en contra de la ley sin ningún reparo. Cuando el juez las declaró culpables, cambió para siempre el curso de la legalidad.

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  • MI HERMANO

    Raquel Gómez Castellanos · Puertollano (Ciudad Real) 

    Un abogado con su toga, con un libro en una mano, (que debe ser un texto legal) levantado al cielo. Eso es lo que mi madre, mi hermana y yo, escogimos para su lápida.
    Yo veía en ella esa toga tan arrugada que siempre llevaba en una bolsa roja de terciopelo y que le cubrió en su entierro. Era descuidado, gruñón, temperamental, desorganizado, pero también extraordinariamente inteligente y sobre todo, era abogado.
    Los últimos meses de su vida, en la planta de oncología de un hospital, los pasó trabajando, hablando por teléfono con compañeros, gruñendo por los juicios que tenía que suspender y alterándome los nervios con algún escrito. Así era mi hermano, el colegiado 1052 del Ilustre colegio de Abogados de Ciudad Real, el que me hizo pensar que si la vida liga a personas con destinos, el nació para morir ejerciendo como abogado.

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  • MALA RACHA

    Rubén de Jesús Núñez Ramos · Zafra (Badajoz) 

    Se dio cuenta de que el escrito de alegaciones presentado, en el procedimiento sancionador de su cliente, estaba fuera de plazo. El día antes se acababa de suspender el juicio oral de otra causa. Y ya no había más clientes, ni en ese mes ni en los dos anteriores. Se quitó la gabardina, aún mojada, la chaqueta y se aflojó la corbata. Se desplomó en el sofá. En la mesa varios sobres abiertos: un recibo impagado, un curso de Análisis legal y jurisprudencial del maltrato infantil del Ilustre Colegio de Abogados que costaba 600 euros. Encendió el televisor. Hizo zapping. Un partido de la liga Málaga-Villarreal aburrido, el hormiguero?Apagó la televisión. Buscó entre los cajones del mueble y encontró un cigarrillo. Lo encendió y se dio cuenta de que no había cenado. Pensó: "hace tres años que dejé de fumar. No para de llover".

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  • FUTURO IMPERFECTO

    Eva María Cardona Guasch · Ibiza 

    Mi padre llegando a las tantas a comer porque tenía que acabar un escrito y presentarlo antes de las tres. Mi madre sirviendo la sopa recalentada mientras lamenta que la documentación que ha conseguido no liga con la estrategia legal que había ideado para un cliente. ¡l, fastidiado porque pasó todo el fin de semana preparando un juicio que se va a suspender. Ella, agotada tras una larga mañana de reuniones y tribunales. Cada uno habla de lo suyo en una suerte de diálogo de sordos conmigo de espectador mudo. Comen apresuradamente y vuelven corriendo al despacho. Se quejan pero se sienten importantes. Es la rutina que he conocido y que me propuse firmemente no repetir. Sin embargo, la genética es poderosa. En junio acabé la carrera y hoy me he dado de alta en el Ilustre Colegio de Agobiados.

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  • LA éLTIMA ESPERANZA

    María Teresa Fernández Seguí · Madrid 

    Con un ligero temblor sus manos sujetaban el escrito donde solicitaba suspender la pena impuesta a su defendido. Cuando la noticia llegó al despacho desató una explosión de entusiasmo, un caso tan mediático suponía entrar en la primera liga de los bufetes y él, un abogado de probada experiencia y sobrada ambición, era el idóneo para defender a un personaje tan ilustre. En apenas unos días cámaras y micrófonos lo perseguían sin descanso, su nombre dejó de ser anónimo y su rostro comenzó a ser asiduo de los informativos. El entusiasmo inicial dio paso a la inquietud y esta a la angustia, ganar era ahora algo vital. La sentencia de culpabilidad llegó arrasando y junto a la libertad de su cliente se llevaría su presente y su futuro. Sus manos temblaban mientras releía aquel escrito, solo era un trámite legal más, pero para todos la última esperanza.

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  • LA LIGA DE LA JUSTICIA

    ¡µngel Tormes Alberdi · Donostia-San Sebastián 

    La temporada legal llegaba a su fin y el cansancio hacía mella en las mentes de los integrantes de la liga. La clasificación no dejaba lugar a dudas porque a pocas jornadas de la conclusión las posiciones no podían ya variar. El claro y merecido campeón iba a ser el Turno de Oficio, regular y efectivo a lo largo de la competición, seguido por el resto de los operadores jurídicos de base. Descendían a segunda la independencia de los altos órganos judiciales y, estaba escrito, tras suspender el examen de cada partido por el pésimo juego exhibido, el ilustre Ministro de Justicia.

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  • La carga de la prueba

    Ignacio Alcalá Rosales · Baena (Córdoba) 

    Atravesé el pasillo, correspondiendo a las miradas de admiración con un ligero toque de los faldones de mi toga al pasar. Al fondo, intuí una sutil expresión de envidia en el rostro del abogado contrario. Mi cliente me sacó del error al entregarme el periódico local, abierto por "Ecos de sociedad". Ahora interpreté burla, sarcasmo, socarronería incluso. No podía entrar en Sala. Era necesario suspender y redacté un escueto escrito, a mano, en el mismo banco en que me dejé caer.¡€™Causa legal?: Fuerza mayor". Sin embargo, no era la segura pérdida de la consideración como el más ilustre y respetado abogado de aquel Colegio lo que me inmovilizaba y asfixiaba, sino mi incapacidad para hallar la respuesta a aquella imagen que no podía dejar de mirar. Era yo, sin duda, en la reciente comida de Navidad. Pero ¡¨de quién era la liga que llevaba puesta en la cabeza?

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  • Letra viva

    Carlos Alberto López Martínez · Gijón 

    Más de veinte siglos después de que el ilustre Marco Tulio Cicerón concluyera que sólo se puede ser libre bajo la esclavitud de la ley, desafortunadamente, la realidad sigue jugando en una liga distinta que los grandes ideales, pues si el común de los mortales no ignorara constantemente todo el universo legal en que está inmerso, no sería posible a las autoridades imponer sus arbitrariedades tan obviamente como si trataran de suspender la constitución y sus garantías. Y yo, que siempre quise ser escritor de niño, pero que tuve que desengañarme por mi falta de talento para componer la vida de personajes ficticios, me gano la vida adulta con la letra: escrito tras escrito, denuncia tras denuncia, recurso tras recurso, rollo tras rollo judicial. No creo literatura, sino que forjo algo mejor: la vida de las personas que confían en mí para llevar la ley a sus vidas. Soy abogado.

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  • La Liga de la Justicia

    María José Blasco Moreno · Cádiz 

    A escasas horas del inicio, los organizadores del evento enviaron un escrito a la prensa. En él, detallaban el porqué debían suspender indefinidamente los actos de La Liga de la Justicia Americana. Sus ilustres y poderosos miembros, superhéroes defensores de la Paz Mundial, no llegaban a un acuerdo en cuanto a horarios y posición central en las fotografías. Tampoco les gustaba el catering: Superman quería proteínas mientras que la Mujer Maravilla prefería las verduras frescas. La situación se volvió tan disparatada que debieron imponerse medidas drásticas contra tanta egolatría y se creó el Equipo Legal para Superhéroes. Un grupo de abogados, hombres y mujeres, ataviados con sobrios y oscuros trajes que, con cierta ironía, contrastaban con la chillona y brillante indumentaria de sus clientes. Tenían un único objetivo: arbitrar, mediante la aplicación más estricta de la ley, aquel conflicto que amenazaba el equilibrio y la seguridad del planeta.

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  • EL DEBUT

    Pablo Vázquez Pérez · Navacerrada (Madrid) 

    Se ajustó la toga, alisando las pequeñas arrugas en los costados y se levantó mientras el ujier lo presentaba. - ¡Entra en la sala el ilustre don Alfonso Recio! El juez recorrió el pasillo hasta el estrado, aplaudido por la concurrencia. Una vez ocupó su asiento, miró alrededor y, entre los asistentes, distinguió los rostros de sus padres. Estaban emocionados al verlo, después de pagar sus estudios en la facultad. Sintió la tentación de suspender el juicio y abrazarlos, pero el compromiso legal le llamaba. Alfonso miró la cámara con el piloto rojo encendido. Repasó con rapidez el guión que tenía escrito sobre la mesa. Observó a la regidora, avisando que faltaban cinco segundos para entrar en directo con el programa estrella del canal:¡€™La hora justa?. Tanto tiempo trabajando como figurante y entonces el supuesto juez Recio ya se codeaba con los famosos de la liga televisiva.

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  • UN MUNDO MEJOR

    DAVID TORRAS LLAURADí  · Sabadell (Barcelona) 

    Nunca había redactado un escrito. Ni le habían confeccionado un traje a medida. Tampoco le trataban de Usted. Ni mucho menos recibía el calificativo de ilustre. Desconocía absolutamente cualquier aspecto legal: simplemente, ayudaba siempre que podía (incluso más de lo que en justa medida le era posible). Estaba disponible las 24 horas del día y no dudaba en suspender cualquier actividad para ponerse al servicio de quien lo necesitaba. Ponía su conocimiento, sus habilidades, su experiencia, su fuerza, su tesón y su energía en ayudar a los demás. No solamente no pedía nada a cambio sino que a menudo su entrega ni era reconocida ni agradecida: algunos se reían de él, pero él estaba convencido que jugaba en otra liga. No la de las estrellas, sino la que sirve para hacer una sociedad mejor. Sus amigos le llamaban, cariñosamente, "el abogado".

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