Imagen de perfilConciliación

Marta Trutxuelo García 

Cierra de un portazo el coche y con el maletín en una mano y yo en la otra, corremos hacia la entrada.
“La ley nos dice que todos somos iguales, pero el propio lenguaje marca la diferencia: el género es masculino, la barrera, femenino. Debemos superar los obstáculos para lograr la igualdad y aprovechar las oportunidades para conciliar vida familiar y laboral.”
La directora del cole nos mira con cara de doble interrogante.
“Quiero decir… sin ningún género de dudas puedo afirmar que todos los niños son iguales. Pero a algunos les cuesta conciliar el sueño y más reconciliarse con la vigilia; además, la barrera del peaje estaba estropeada y… Sí, señora directora, llegamos tarde, pero déme otra oportunidad, ¡déjele hacer el examen a mi hija!”.
“¡Mira que soltarle el alegato que había preparado para el juicio!”, dice mi madre antes de desearme suerte y correr hacia el juzgado.

 

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