Tiempos verbales
Carolina Navarro DiestreLo llaman pasado, pero adopta muchas formas. Si hablo de ti, acostumbro a utilizar el pretérito imperfecto —«te amaba»— como quien menciona una rutina superada, un hábito curado, dejar de fumar. Tampoco descarto la alternativa del pretérito perfecto —«hemos vivido»— por regalarme alguna cercanía espacial que te aproxime a mí. Sin embargo, mi tiempo preferido para referirme a lo nuestro es el pretérito pluscuamperfecto —«habíamos proyectado»—, estableciendo una acción que ponga en valor mis sentimientos: «nunca había sentido algo así». El pretérito pluscuamperfecto es mi favorito, el tiempo de la nostalgia. Por último, nunca utilizo el pretérito indefinido —«me equivoqué»— por lo categórico del mismo. El pretérito indefinido da asco. Aunque quizá toda esta palabrería no sea más que cháchara hueca para conjurar el presente, para ignorar este divorcio tonto, este proceso legal, este mal auto judicial. ¿Sabes, amor?, quizá aún te quiero. Futuro simple, acaso siempre te querré.
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Mi voto y mis mejores deseos.
Enhorabuena, Carolina. Muy bien hilado lo de los tiempos verbales. Te lo dice un profe de Lengua. Mucha suerte.
Nuestro idioma, formas verbales incluidas, es una herramienta casi ilimitada. Bien utilizada se puede contar cualquier cosa, incluso de forma original, como es tu caso. Disputas, fracaso, ruptura y, pese a todo, un amor que no desaparece, todo ello se refleja en las acciones de los verbos que utilizas, eje de tu historia.
Un abrazo y suerte, Carolina
Qué relato tan bien escrito amiga y qué bonito. Mi voto y un abrazo. Suerte.
Excelente prosa.
Votado.
Original microrrelato y magnifico final.
Mi voto y un abrazo.
Excelente forma de enseñar los tiempos verbales…
¡Genial!
Parece fácil, pero no.
Clase magistral de conjugación verbal y como dice Margarita, experta conjugadora, es tela de difícil hacerlo tan bien como lo has hecho en tu relato.
Mi voto y un saludo.
Gracias a todos por vuestras palabras y dedicar un rato a leer mi relato.