La conciencia que viste toga
Jorge Sendra Moll · MADRIDTraje al gusto italiano o moda inglesa, según cliente y conveniencia, elegantes despachos, decorosos vocablos acompañados con la incandescencia sombría de tantos apretones, al servicio de poderosas manos, restaurantes a los que acceder previa lista, tan selecta como los acostumbrados platos del menú, sonrisas enmascarando ideales corrompidos a comisión de todo buen pleito, al margen de cualquier idea de verdad, enmascarando la justicia, prostituta al mejor postor, siempre bajo el falso velo del amor puro, de la verdad impoluta. Tales maderos,a buen ritmo, sacian las llamas de mi conciencia, ciega tras el humo de semejante hoguera. Bien me acuerdo de mis inicios y bien de los halagos al talentoso joven de aquellos tiempos, su clave, el tesón, el esfuerzo al servicio de todo caso, su inteligencia racional tapiando, a puro billete, todo atisbo de desazón, billetes manchados a fuerza de vender, hasta el latir de mi corazón.