Ojo por ojo
ANA ISABEL SARASATE SARASATEEmpezar, empezar, la historia no empezó con muy buen pie. Julián había recibido el legado envenenado de aquel tío lejano con el que nunca había tenido trato y el asunto iba a tener más trascendencia de la que él hubiera deseado. En la notaría, su hermano Juan se puso como un animal al enterarse que la casa no iba a ser para él, como esperaba. Él le habría podido decir que se la donaba encantado, no era más que un caserón necesitado de multitud de reformas, pero no tuvo oportunidad y Juan, desde ese momento, inició una carrera desenfrenada con un claro objetivo, obtener una dulce venganza que se inició con aquella cita con su cuñada Marisol mientras Julián la llamaba infructuosamente.
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A veces las herencias son, como bien dices, un «legado envenenado». Cuando hay ganancias de por medio sale lo peor de las personas, se rompen los vínculos, se desatan los enfrentamientos, algunos utilizan las peores artes, como la de Juan, que va a intentar socavar a su hermano donde más le duele. Caín cometió un asesinato, pero lo suyo tampoco es una broma.
Un relato sobre los intereses y el egoísmo.
Un saludo y suerte, Ana Isabel
Ana, me gusta el asunto de tu micro. Creo que con las herencias la gente enseña su verdadero rostro.
Ay, Ana, me dejas con esas ganas de saber qué tenía Juan, que no tuviera Julián para Marisol… Buen micro. Felicidades y mucha suerte.