Trabajo sucio
Diego Fernando Gómez Pineda · Bogotá (Colombia)Por teléfono habló Barreta: —Listo, jefe. Cumplí a toda ley. Detuve la diligencia y despedacé los documentos antes de tirarlos al riachuelo. Azoté al conductor hasta que me dio la pala. Llegué a tiempo a la boda y le entregué el dinero al abogado del novio, como dijo Gavin. Cuando vuelva le entrego la pala. —¿Qué pala, animal, qué fue lo que hiciste? —Lo que le acabo de decirle, jefe. ¿…acaso cómo era? —¡Idiota! Tenías que interceptar la diligencia, meterle una bala al conductor, ¿entiendes? bala, pedazo de bestia, no “pala”, tirarlo al riachuelo, llevarle los documentos al abogado para detener la boda y ¡traerme el dinero a mí! —Pero Gavin me dij… Atrás, Gavin tembloroso trataba de acomodar los trozos del papel en que había apuntado el mensaje, mientras el jefe, pistola en mano, se acercaba para ejecutar esta tarea por sí mismo.