El abogado adicto

Mª Isabel Soriano Vidal · Cheste (Valencia) 

El cadáver del abogado flotaba boca abajo balanceado por las olas del mar. La policía, no encontrando indicios ni pruebas determinantes de lo sucedido, decidió pasar el caso al despacho de detectives Watson&Holmes Asociados. El analítico ojo de Holmes estudiaba la escena del crimen ajeno a los trajines y tejemanejes de las desconcertadas fuerzas del orden público, que por allí pululaban. Watson lo observaba perplejo sin imaginarse qué argumento podría esgrimir su socio para clarificar aquellos misteriosos hechos. —Estamos ante el desistimiento por excelencia—dictaminó. —Mi querido, Holmes, no consigo seguirle. —Este es el cadáver de un abogado adicto a enviar relatos al concurso mensual del Consejo General de la Abogacía Española. —Sigo sin entenderle… —Tendremos que tomarle declaración al jurado…sin duda, algo podrán explicarnos de los continuados rechazos que provocaron que este infeliz se lanzara de lleno a los brazos del abandono.

 

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