Imagen de perfilPESADILLA

José Manuel Maguilla Luna 

Siempre había soñado con aquel empleo: alcalde de su pueblo.
Desde el techo de su habitación el veterano abogado se estaba observando a sí mismo. Qué me está pasando, se preguntó con el corazón encogido. Soy yo, no puede ser…
Probó a bajar del techo, pero no podía, estaba limitado a observar y desde allí lo vio todo: los dos empleados de la funeraria lo introdujeron en el ataúd y colocaron la tapa.
Nunca se había sentido tan vulnerable. No tendría ni la oportunidad de erradicar tantas diferencias sociales en su ciudad. Él, que había dedicado toda una vida a defender a los más indefensos, por eso era tan admirado y querido en su población…
Ahora, sin que hubiese mediado ningún tipo de enfermedad, ningún síntoma ni dolencia, adiós…, quizá amedrantado por aquella terrible pandemia que asolaba al planeta. Una pesadilla le había perturbado el sueño.
¡Vaya sueños tengo…!

 

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