Imagen de perfilSopa de letras

Marta Trutxuelo García 

Su mente se pierde entre las letras que bailan en su sopa. La odia, como detesta que hayan rechazado su historia. Ella, que desde bien temprana edad demostró ser paladín de la protesta, ahora dedicada en cuerpo y alma a proteger los derechos de niños y mayores, de vigilar y garantizar el acceso a la salud de los sectores más desfavorecidos, no puede evitar desanimarse cuando recibe la noticia. El ejercicio de la protesta que le facilita la abogacía es su pasión, pero la invención a través de la escritura es algo vocacional. Sus amigos Susanita, Manolito, Felipe, Libertad y su hermano Guille le animaron a participar en el certamen de relatos sobre abogados. Dejó su alma en la historia que homenajeaba a su maestro, Quino. «Paren el concurso que yo me bajo», piensa Mafalda al leer el mensaje por el que se rechazaba su relato.

 

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