Fernando Beamud

Microrrelatos publicados

  • ¿Por qué mató a la juez?

    —¿Por qué mató usted a la juez? —Le preguntaron —Estamos desconcertados. No entendemos las razones que le indujeron a ello. ¿No pudo recurrir a otra alternativa?
    —¿Por qué no mató a su compañero? —insistieron.
    —No creo que deba decírselo —repuso —Fue mi decisión y punto —se afirmó lacónicamente, carente de toda empatía.
    —No se puede matar a la mejor y quedarse tan tranquilo —le hostigó un periodista —El texto hubiera mejorado con ella viva, sin duda. Era un personaje tan carismático. Esta vez, su decisión ni siquiera ha dado pie a la polarización de sus lectores, como es habitual. Todos están en contra.
    —La novela la he escrito yo y basta. ¡Esto es el colmo! —Se lamentaba el abogado y exitoso escritor pensando si no convendría que se tomara unos cuantos meses de vacaciones en algún lugar paradisíaco, lejos del mundanal ruido, esperando la prescripción de su delito literario.

    | Mayo 2024
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 5

  • CONCILIACIÓN FAMILIAR

    Tal como le indiqué, previamente, estoy aquí para mediar en esta confrontación y, en la medida de lo posible, establecer una resolución. Usted no debe apropiarse, indebidamente, de objetos que no sean de su pertenencia. Le exijo que se abstenga de sustraer cualesquiera billetes o monedas que se hallen en carteras ajenas. Además, debe evitar la grabación de escenas donde intervengan personas que no desean aparecer en redes sociales en situaciones incómodas o vergonzosas. Sobre estas cuestiones no hay alternativa viable.

    —¡Ya vale mamá!. Que estás en casa y no en el juzgado. Me temo, que llevas muy mal lo de la conciliación familiar. Aparte de que no estaría de más un poco de consenso, en el hogar, para estas cuestiones.

    | Enero 2023
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 1

  • Tribunal de la Haya

    El timbre del teléfono rasgó la noche, despertando a la gata. Me levanté medio sonámbulo y escuché; mientras acariciaba al animal, en un gesto automático.

    —Nos ha llamado Vladimir al bufete, esta tarde a última hora. Quiere que lo defiendas en el Tribunal de la Haya por crímenes de guerra.
    —Dice que te conoció en Marbella y que se sorprendió agradablemente con tus comentarios y tu charla inteligente, en no sé que fiesta en la que coincidisteis los dos.

    Me quedé sin palabras. ¡Menudo dulce para empezar el día!
    —Di algo. Sería el caso de ti vida, lo mejor para tu carrera. Máxima notoriedad, prensa a tope. Un legado para tus próximas generaciones.
    Y no dije nada.
    Mi mujer me estaba zarandeando de forma inmisericorde pues estaba profundamente dormido y chillando, sin parar, ¡no quiero, no quiero!.

    | Abril 2022
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 7

  • Pocas luces

    Al juez le parecía imposible llegar a una conciliación entre las partes. En circunstancias similares, puramente, era una cuestión de acuerdo económico; pero el demandante resultó ser un testarudo sin igual.
    El octogenario querellante acusaba a la naviera, propietaria del buque que le abordó, de haber causado el hundimiento de su embarcación, debido a la impericia del capitán y la falta de vigilancia a bordo. Esperaba obtener, además de indemnización por su barco, una condena para los oficiales.
    Su abogado comentaba sotto voce que al hombre le resultaba imposible vivir sin salir a la mar.
    —Según indica la tripulación del mercante, usted estaba pescando en el interior de la rada del puerto y no pudieron ver su embarcación tanto por el tamaño como por la escasez luces de navegación.
    —¡Toma! —repuso el anciano —es que si llevo las luces encendidas los demás sabrán donde capturo mis piezas.

    | Marzo 2022
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 7