Isabel Forteza Castaño

Microrrelatos publicados

  • A TIENTAS

    María estaba en esa línea que separa la niñez de la adolescencia. De mayor quería ser abogada, defender los derechos de los refugiados y luchar contra el racismo y la xenofobia.
    Aquel día su semblante se ensombreció cuando entró en la cocina y descubrió el nuevo frigorífico que había comprado. La decepción inundó su rostro y alimentó el sonoro portazo envuelto en sollozos. No comprendía por qué no podíamos permitirnos viajar hasta Argelia para conocer en persona a su amiga saharahui, pero sí invertir dinero en la compra de otra nevera.
    —-Renovar los electrodomésticos es una buena alternativa para ahorrar luz y que la factura sea más asequible —le expliqué. Así, el próximo verano podremos acoger en casa a Zahira.
    Su cara se iluminó con una gran sonrisa.
    Ahora, mientras espera ese ansiado momento, emplea su energía natural en perfeccionar el braile para seguir escribiendo a su amiga.

    | Abril 2021
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     Votos recibidos por la Comunidad: 23

  • EL ÚLTIMO RECURSO

    Hoy cumple ochenta y siete años y mientras espera que repongan el suministro eléctrico, apoya la frente en el cristal y contempla, a través del redondel de vaho, la nieve acumulada, el cambio climático en el que empieza a creer. Y recuerda el hambre de la postguerra, y sus clases de piano en el conservatorio, y cuando se casó, y el primer juicio que ganó él, y cuando se turnaron para proteger a los mellizos, y cómo disfrutaron con su crecimiento, y cuando ya mayores se marcharon de casa, y que él lleva varios días tosiendo, y que hoy tiene más fiebre que ayer.
    De pronto, vuelve la luz y unos pasos interrumpen sus pensamientos. Sorprendida, se gira y lo mira con ternura. Ha desempolvado la toga con la que antaño subía al estrado.
    —¿Por qué te le has puesto?
    —Para interponer mi último recurso de apelación. ¿Bailamos un vals?

    | Febrero 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 10

  • EVOCANDO A HAMLET

    Rafael estaba desolado. El acuerdo que proponía su mujer le había ocasionado un serio disgusto. Si quería el divorcio debía asumir los gastos extraordinarios, renunciar a la vivienda familiar y pasarle una holgada pensión compensatoria. Era a todas luces injusto. Para proteger sus intereses debemos ir por la vía contenciosa, aconsejé a mi nuevo cliente. Además de su abogado debió tomarme por su confidente dándome acceso a su más íntimo secreto. A pesar de su edad y su delicada salud me confesó que se había enamorado de otra mujer. Una mujer de bandera y con las ideas claras, decía. Ella quiso vigilar su reputación y le abandonó porque seguía estando casado. Rafael albergaba esperanzas de recuperarla. Un escalofrío recorrió mi espalda cuando pronunció su nombre. Ser o no ser su abogado. Esa es la cuestión que me planteé cuando supe que mi ex también era la mujer de sus sueños.

    | Octubre 2020
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     Votos recibidos por la Comunidad: 10