Julia Lucía Pariente

Microrrelatos publicados

  • Ver para creer

    “Me llamo Marta y necesito un abogado especialista en divorcios millonarios”.

    Con esta declaración arrancó hoy mi jornada laboral. Aquella mujer se presentó en mi despacho sin cita previa. Sabía de mi sólida experiencia en derecho matrimonial y no me dejó margen para que su oferta fuera rechazada.

    Me relató la clásica historia de amor de película: él afamado médico, ella reputada ginecóloga. Amor a primera vista, viajes alrededor del mundo… Todo era idílico hasta que una mañana apareció un coletero ajeno olvidado en un rincón del armario. Ver para creer.

    Según me dijo, solo quería luchar por la equidad en el reparto. Ah, y conocer a la dueña del coletero, pero eso se lo dejaba al detective privado que había contratado.

    Me despedí de ella consternada. Los destinos de los viajes coincidían con los de los últimos congresos de mi querido Antonio.

    Un claro caso de conflicto de intereses.

    | Marzo 2024
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 2

  • Tiempo de retirada

    Para afrontar mi último juicio decidí tirar de memoria. Llevaba casi cuarenta años ejerciendo como abogado, así que una intervención en sala no tenía mayor misterio para mí.

    Después de un inicio tedioso con las ratificaciones de las partes y la lectura de algún que otro decreto, llegó el momento estelar: la testifical de la ex amante de mi cliente, el acusado.

    Improvisé una estrategia agresiva, decidido a desequilibrar a la testigo con mi veteranía. Sin embargo, a la jueza pareció no gustarle y no cesó en interrupciones varias. Aquello me desconcentró por completo, así que por un momento efímero desconecté y tuve que dar por concluido anticipadamente el interrogatorio.

    Lo peor no fue el fracaso estrepitoso, si no la sonrisilla del abogado imberbe de la defensa.

    Recogí mis cosas y me retiré con la cabeza alta para tratar de proteger mi reputación herida. Claramente era hora de retirarse.

    | Febrero 2024
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 5

  • Qué maldita la vida

    Hace cinco años Miguel decidió buscar una alternativa a su situación laboral. Tras un último año extenuante trabajando en una de las llamadas “Big Four”, necesitaba cambiar de bando en el área legal.

    Opositar nunca había entrado en sus planes, pero con el tesón que le caracterizaba retomó los estudios con una disciplina ejemplar. “Solo por regalar a mi familia todo el tiempo que les he robado años atrás vale la pena intentarlo”, solía decir a los escépticos.

    El primer suspenso fue demoledor. Siempre fantaseó con conseguir la plaza de abogado del estado a la primera. Del segundo fracaso aún le costó más recomponerse. Se martirizaba recordando haber fallado la pregunta sobre el auto que tan bien se sabía.

    A la tercera llegó la vencida, pero la suerte no quiso que llegara a festejarlo. La muerte le sorprendió de improviso en un accidente precisamente a la puerta del Juzgado.

    | Octubre 2023
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 11

  • Arrepentimiento

    Elena llevaba todo el verano conectada al móvil. Un año más se le habían pasado los días entre conversaciones interminables con clientes, formular demandas varias y cerrar pactos de última hora.

    Solo el olor a lavanda al abrir la ventana de su habitación en aquel pueblo castellano le hacía volver a la realidad de vez en cuando.

    Pero hoy por fin había decidido que la jornada terminara pronto. Apagó el ordenador y se levantó del escritorio ilusionada para darse un baño en la piscina con su marido y sus hijos.

    Llamó a la puerta de al lado, pero la habitación estaba vacía. Y al bajar las escaleras se encontró a su marido cargando las maletas en el coche. Su mirada le transmitió hartazgo y desesperación.

    Era 31 de agosto y tocaba operación retorno. Había llegado demasiado lejos. Ya era demasiado tarde.

    | Septiembre 2023
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 1

  • Preguntas incómodas

    Hoy era la última prueba para acceder al puesto de director jurídico, y solo quedábamos dos candidatos.
    Entré a la entrevista nerviosa pero decidida. Con ese valor que te da luchar por lo que ansías.
    Las primeras preguntas se dirigieron a repasar mi educación jurídica, para pasar a continuación a indagar en mi perfil innovador y a leer diferentes conceptos jurídicos para confirmar mis conocimientos.
    Fue el final de la entrevista lo que me desconcertó, cuando sin tapujos aquellos entrevistadores se interesaron sobre si era madre o tenía intención de serlo.
    Un nuevo golpe a la equidad.
    Incómoda me desmarqué con una respuesta evasiva que resultó insuficiente.
    El otro candidato, a quien no interrogaron sobre sus intenciones como padre, fue el elegido para el puesto.
    Ya tendrían tiempo para informarse de que aquel tipo, que no era otro que mi marido, tenía exactamente los mismos hijos que yo: dos.

    | Septiembre 2020
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 5

  • Generación vaciada

    Cerré la puerta con ese sentimiento agridulce de quien sabe que pone fin a una etapa.

    Durante años aquellas paredes habían sido mi casa. Un despacho de abogados referente en la ciudad por promover el empleo inclusivo, el crecimiento y el trabajo productivo; en los días de gloria de esta capital de provincia devastada por la falta de oportunidades.

    Hoy daba inicio a mi jubilación, y en estos momentos me acordé de mi hijo Juan. Del día que me dijo que había fichado por un despacho de abogados de Madrid, desesperado después de meses sin encontrar trabajo en nuestra querida ciudad.

    Cuánta impotencia.

    Al menos había conseguido eso que llaman "teletrabajar" algunos días, y otros se había sumado al carro de los viajes en tren para llegar al trabajo.

    No era lo ideal, pero al menos sí un halo de esperanza por mantener viva esta región herida.

    | Febrero 2020
     Participante

  • UN PARTICULAR DESAHUCIO

    Cuando entré en la cocina encontré encima de la mesa un sobre en blanco. Lo abrí y saqué el papel que contenía, arqueando la ceja incrédulo ante lo sorprendente de su contenido.

    Mi hijo, mi propio hijo, ese adolescente al que hace no tanto tenía que mecer cada noche para apaciguar su llanto, me solicitaba de su puño y letra que le devolviera la posesión de su habitación y el “lanzamiento” inmediato, con la clara intención de que dejara de entrar en su cuarto a sus espaldas para poner un poco de orden en ese desastre.

    Respiré hondo convencido de que tenía que gestionar aquella situación con el tono más amable posible. Definitivamente, los términos de aquella misiva confirmaban que mi mujer y yo habíamos hablado de trabajo más de la cuenta en las cenas familiares.

    | Septiembre 2019
     Participante
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  • Cerrado por vacaciones

    Cuando apagué el ordenador dispuesta a disfrutar al máximo de mi merecido descanso anual juré que esta vez sí aparcaría cualquier tema jurídico durante las vacaciones de verano.
    Pero allí me encontraba yo, en un chiringuito de playa con mi amiga Beatriz, quien se había empeñado en debatir los pormenores para una donación de parte de su fortuna a favor de sus gatos.
    Luego llegó Sofía para contarnos el último síntoma de adulterio que había advertido en su marido, y pedirme asesoramiento para su divorcio.
    Y, finalmente, tras el atraco por el plus de terraza de las consumiciones que habíamos tomado, esa misma noche teclado en mano empecé a redactar una reclamación ante la Oficina de Consumo.
    Un verano más, el “cerrado por vacaciones” era relativo.

    | Agosto 2019
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 4