Abogados: de lo malo, lo mejor

Francisco José Culebras Sanabria · Badajoz 

Día de vencimiento, día de gracia. Lunes temprano. Busqué las musas durante el fin de semana pero no han llegado. Todo se estrecha mientras conduzco al bufete, dejé atrás un beso y una mandarina por desayuno. El cliente enredado en un asunto turbio con sanción definitiva y yo hurgando en el despacho en Recursos que algún día sirvieron para aliviar la pena inmerecidamente impuesta. Suena la campana en la Iglesia, avanza el día a su medio y el combate parece terminar. No me rindo, me resisto y me pruebo. Eureka, error encontrado, Sentencia no muy bien trabajada, conclusión basada en prueba mal valorada. Otra cosa será que el argumento prospere. La impresora termina. Firma puesta. Corro. Llueve. Entre las columnas del Palacio de Justicia con la Procuradora he quedado. Son las tres menos cinco. Vuelvo a casa, Alejandro en «mate» sacó un diez y yo como siempre llegué tarde a comer.

 

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