DON ERRE QUE ERRE
Francisco Javier García BallesterosCipriano, terco abogado rural, jubilado, se enfrentaba al último caso de su vida.
Todo empezó cuando tuvo que sufragar los tratamientos de su esposa, víctima de dolores crónicos. Inició un largo proceso judicial contra la administración sanitaria y sus engominados abogados de ciudad. Aquella reforma legal establecía cláusulas que incluían ingentes gastos, ahora soportados por los ciudadanos.
Durante su lucha, España sufrió años de barbarie económica. A Cipriano le dolían los huesos, tenía parkinsonianos temblores, pero aún le dejaban presentar escritos con manchas de café a golpe de Olivetti, productos de una inquebrantable voluntad…
Hoy es un día especial. Cumple ochenta años, coincidiendo con que la sentencia es firme. Enjuga sus lágrimas de soledad. Significan que Ramona, su amor, le dejó hace tiempo. Nunca sabrá que habían ganado a esos estirados. Ahora toca ejecutar la sentencia. Aún le queda algo de aliento para finalizar su cometido.
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Don erre que erre debería plantear esa demanda en realidad jajaj
Ya hay muchos Erre que Erres en nuestro país, por no decir en el resto del mundo. Seguro que hay alguien que se plantea «plantar» esa demanda, Concepción. Muchas gracias por comentar. Un abrazo.
muy fan de tus relatos, ya lo sabes… este es muy bueno y sentimental. Suerte y un saludo.
Muchas gracias, Irina, por tu incondicional apoyo. Un saludo.
Me recuerda uno de los primeros casos de mi carrera profesional y que el autor de este relato tendrá a bien recordar, Pastor vs Cardiff/Cardivida. Siempre es grato que el ciudadano de a pie tumbe a los grandes colosos. Enhorabuena.
Estimado compañero David, aunque de aquello ya han transcurrido algunos lustros… ¿cómo no voy a recordar semejante hazaña? David venció a Goliat… buena sentencia. Muchas gracias por tu encomiable apoyo. Un abrazo.
Qué tiempos aquellos. Me has traído a la memoria a Paco Martínez Soria. Qué grande era aunque pequeño.
Felicidades y suerte con tu historia.
Abrazo!!
Pues sí, Towi… es mi pequeño homenaje al grandísimo y brillante actor Martínez Soria, al que me permito convertir en un abogado de pueblo, tozudo y cabezón. Como bien dices, … qué tiempos aquellos… Tus comentarios siempre me alegran y son bienvenidos en este trocito de corazón que tengo entre pecho y espalda. Muchas gracias y un abrazo.
Como siempre, Don Francisco Javier, erre que erre publicando relatos inigualables. Enhorabuena, mi voto. Un saludo.
Con permiso de los demás compañeros, que erre que erre lanzan microrrelatos de una calidad tremenda… ¿Has leído este mes «La Cuadratura del Círculo»? Es fascinante el uso de la trigonometría, aplicado al mundo de la abogacía. Si estoy aquí hoy es porque he aprendido de micros como los vuestros. Muchas gracias Anselmo. Un abrazo.
Amigo Javier, tu relato entró tarde como ya te ha sucedido alguna otra vez, pero en base a tu calidad relatora ha subido hasta el primer lugar en pocos días. Y veo que no vas a necesitar ninguno de mis tres votos, que por otro lado ya están concedidos a otros tantos autores.
Cada mes nos ponéis más difícil a los «jurados» las votaciones, porque desde febrero pasado formo parte del jurado popular, aclaro… A buen entendedor… Y elegir los tres que más me gustan se hace una misión imposible, tanto, que ni Tom Cruise sería capaz de llevarla a cabo.
De todas formas, mi enhorabuena sin voto sí que la tienes. Un abrazo. (Y esto mismo queda dicho para Towi, Eva María y algunos otros que no menciono pero están y lo leerán)
Amigo Guillermo, me alegro siempre de leerte. Agradecido cada vez que te acercas a mis micros y dedicas un poco de tu tiempo en dejar comentario.
A mí la verdad es que elegir tres para conceder votos me resulta complicadísimo, y muy de vez en cuando, he tenido a bien dar cuatro y es que, al lado de semejantes escritores de pro, me considero un humilde aficionado. … Ya lo único que faltaría es que Tom Cruise o Adolf (ya sabes a qué Adolf me refiero) se pusieran a participar…jaja. Un abrazo de Sevilla a Cádiz de grande.
Muchas gracias por lo que me toca, Guillermo. El mejor premio es gustar al lector y no el voto, eso está claro. Lo que ocurre es que a mí, de momento, se me hace imposible votar solo tres relatos. Normalmente me gustan muchos más y compadezco al Jurado que tiene que elegir mes a mes al mejor. Además, confieso que a veces voto por reciprocidad o por simpatía hacia el autor. En cualquier caso, respeto tu decisión de los tres votos, faltaría más, y mantendré el propósito para la próxima edición de recortar el número de los míos, jeje. Un saludo.
Por desgracia, no será Cipriano el primer ni el último abogado al que le lleguen las sentencias ya jubilado. Mi voto espero que tarde menos en llegar. Un abrazo.
Aún me queda mucho para jubilarme, Señoría, pero desgraciadamente a este paso, pienso estar seguro que recibiré sentencias mientras le doy de comer a las palomas en el parque con mis nietos. En otro orden de cosas, yo a veces también me dejo llevar por las simpatías que tengo hacia varios participantes y compañeros relatistas y eso no es nada malo, …aunque será difícil prometerse para la próxima edición que fije bien mi atención en la calidad del relato, pero lo haré… Muchas gracias, Eva María, por tu atento comentario y por tu voto, que es todo un honor para mí. Un abrazo.
Me ha encantado la expresión de «engominados abogados de ciudad», muy ilustrativa. Mi voto para este sentimental relato. Mucha suerte.
Sí,… Personajes antagónicos del rústico Cipriano. Esa era mi intención, describirlos como unos «listillos pijos», todo lo contrario que el prota, jejeje. Muchas gracias por tu amable comentario y tu voto, que sumado a los 33 que tengo y visto lo visto, todos me valen por mil cada uno. Un abrazo.
Aparte de recordar la película de Paco Martínez Soria a la que aludís Towanda y tú mismo, me he dado cuenta de que tú mismo eres no don Erre que Erre sino don De Erre en Erre, puesto que tus nombres y apellidos llevan la letrica que obliga a hacer gárgaras a los francófonos.
Suerte.
Don Manuel, gracias por tan ingenioso comentario, de esos que me gustan y divierten con un juego de letras, aunque tú tampoco puedes negar que un francófono «aclare su voz» cuando pronuncia el último de tus apellidos, jejeje. Un abrazo.
Muy buen relato Francisco, se lleva mi voto. Le deseo lo mejor!!
Muchas gracias por comentar, Pedro. Me reconforta saber que mis micros gustan, con independencia de los votos que haya en los casilleros… Un abrazo.
Vaya mi voto por don Erre que Erre, que además de ser un buenísimo relato, se merece ser el ganador de la votación, de no haber irrumpido el Congo con tanta rapidez y sorpresa de última hora.
Te deseo suerte Francisco, espero que el jurado lo haga ganador del mes.
Saludos.
Muchísimas gracias, José Manuel. Sin desmerecer la calidad del relato africano, me reafirmo en mi anterior comentario que he dejado a Pedro Escribano: me encanta que mis relatos gusten y sean leídos, no hay mayor satisfacción para un contador de historias… Un abrazo.