ANA MARIA VIÑALS LORENTE

Microrrelatos publicados

  • Pequeños pasos

    Razonar con mi interlocutor a través del teléfono para aclarar la factura de la luz, me resultó imposible. Una voz automatizada repitiendo el manido mensaje hizo que entrara en cólera: que si marque el uno, que si marque el dos...En mis años de formación como jurista, jamás me había enfrentado a un reto tan grande como ahora en la vejez.
    Tras días encerrado en casa para preservar mi frágil salud frente a las alergias propias de la primavera, decidí salir de casa para reunirme con Paco. Abatido, le hice una confesión a mi antiguo colega de profesión: me sentía un inútil.
    Aprovechando nuestros conocimientos jurídicos, me animó a unir fuerzas y estudiar la manera de que las leyes cambiaran para que los mayores fuéramos tomados en cuenta.
    Con una pancarta que decía “Somos viejos, no tontos”, nos plantamos frente a los medios. Habíamos dado el primer paso.

    | Abril 2024
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 1

  • EL INTERROGATORIO

    El hombre esperó en la sala de interrogatorios. Esa vez, lo hacía como parte interesada y no como abogado. Cuando declarara, no habría retorno. Sospechaba que los indicios hallados, conectados entre sí, resultaban suficientes para acusar a su hija de asesinato. Ningún pacto la salvaría, así que debía proporcionarle una coartada aunque confiara en su inocencia.

    El agente no tardó en formular la temida pregunta.

    —¿Dónde estuvo la noche del pasado viernes a las veintidós horas?

    —Cené con mi hija —respondió el jurista cabizbajo.

    El comisario sonrió. Pronto demostraría que aquel cornudo picapleitos mentía. Los ojos color lavanda de aquella niñata, tan parecidos a los de su difunta madre, no volverían a ver la luz del día. Y todo gracias a las pistas falsas que, hábilmente, él había dejado en la escena del crimen junto al cuerpo de la que, hasta que amenazó con dejarle, había sido su amante.

    | Septiembre 2023
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 1

  • EL ABOGADO

    Cuando me asignan este tipo de casos, suelen preguntarme hasta qué punto es lícito defender a un asesino. Si sería capaz de dormir por las noches sabiendo que mis alegatos tal vez provoquen que un jurado, tribunal poco inclinado a la indulgencia ante este tipo de delitos, ponga en libertad a un individuo condenado de antemano por los medios. Medios que, para saciar a la voraz audiencia, retransmiten sin pudor la investigación realizada por la policía.

    La conciliación entre moral y justicia resulta difícil. Postular que nuestro oficio sea comprendido por la sociedad cuando la víctima es un niño, resulta imposible.

    No necesito ser amigo de mis clientes. Ni siquiera tienen por qué caerme bien. Sin embargo, debo procurarles una buena defensa.

    Por eso voy a emplearme a fondo para que alguien de su calaña no acabe entre rejas, pero recuérdelo: fuera del juzgado, usted para mí solo es escoria.

    | Agosto 2023
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 1

  • LA APROBACIÓN

    Siempre le he oído decir a mamá que no se me da bien empatizar con los demás. Ella, en cambio, presume de todo lo contrario. Desde que era pequeño la recuerdo metida en la comisión de fiestas del colegio y como invitada de cualquier evento que tuviera lugar en el valle. Yo, por aquel entonces, con la única compañía de mis libros soñaba con largarme a la ciudad para estudiar Derecho y triunfar. Pero durante la carrera poco cambiaron las cosas. Enterrado entre tochos de procesal, empapándome por internet de jurisprudencia sobre el recurso desestimatorio para defender mi tesis, seguí solo y sintiéndome como un ratón de biblioteca. Por eso ahora recurro a usted, doctora. Deje que me levante del diván y acceda a venir conmigo. Una cena con mis padres fingiendo ser la novia de este pobre abogado y le garantizo que el desahucio de la clínica quedará paralizado.

    | Febrero 2022
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 7

  • CURIOSIDAD INFANTIL

    —Mami, ¿por qué cuando tengo hambre me suena la barriga?
    —Estás en pleno crecimiento y el estómago te pide comida, cariño.
    —Mami, ¿por qué hay gente que duerme en la calle?
    —Algunas personas pierden el trabajo y se quedan sin su casa al no poder pagarla. Tampoco tienen dinero para los suministros que son algo tan indispensable como el agua o la luz.
    —Los abogados, en las películas, consiguen proteger a los indefensos. ¿Tú no puedes hacerlo?
    —Eso intento, ratón. Paso muchas horas estudiando cada caso. Me empapo de libros y leyes pero, a veces, me quedo sin recursos para luchar ante los tribunales.
    —Mami, ¿y por qué Lucas tiene la piel oscura como ese compañero del despacho con el que siempre trabajas hasta tan tarde, si yo la tengo clara como tú y papá?
    —Las preguntas sobre tu hermano para otro día, mocoso. La cena se enfría.

    | Febrero 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 30

  • ADIÓS, COMPAÑERA

    Te he acabado queriendo pero hasta aquí hemos llegado. Nuestros inicios no fueron sencillos aunque con el tiempo te he cogido cariño. Cómo no hacerlo. Gracias a ti tuve la oportunidad de empezar a salir otra vez a la calle y erradicar el miedo que, tras meses de encierro y de manera global, se había apoderado de mí. Retomé varios casos abandonados durante el confinamiento y, después de haber pasado largas jornadas teletrabajando entre cuatro paredes, pisé nuevamente los juzgados para defender los intereses de mis clientes. Ni siquiera me afectó el hecho de no poder llevar la toga. Tu protección me bastaba. Fui capaz de luchar como antes por conseguir la igualdad de todos los trabajadores tratando de evitar que, ante despidos improcedentes, cayeran en la pobreza. Pero ya es suficiente. La pandemia ha terminado y tú, querida mascarilla, vas directa a la basura.

    | Enero 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 31

  • PRIORIDADES

    Desde que empezó la crisis sanitaria no he vuelto a pisar los Juzgados de Guardia. Atestados policiales, ruedas de reconocimiento, comparecencias, juicios rápidos...todo eso ha terminado. Ahora no llego a fin de mes. Antes, me montaba en el metro en hora punta, siempre abarrotado. Todos miraban distraídos las pantallas de sus teléfonos, ajenos a lo que se nos venía encima. La gente parecía estar preocupada únicamente por el vertido de plásticos en el mar y conservar la pesca en aguas contaminadas. Viendo las noticias de entonces la prioridad del gobierno parecía ser acabar con el cambio climático para salvar el planeta. Ahora, al entrar en los vagones medio vacíos, nos miramos unos a otros con desconfianza a través de nuestras mascarillas preocupados por un roce o un estornudo. Y, cuando termina el día, llego a casa sin una sola cartera en mis bolsillos.

    | Junio 2020
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 13

  • GAMA DE COLORES

    El confinamiento para evitar la propagación del coronovirus a la espera de dar con una vacuna ya dura semanas y la gente trata, desesperadamente, de hacerse con una mascarilla. Mi trabajo ha caído en picado. Me limito a atender llamadas telefónicas de padres, en su gran mayoría divorciados, que no pueden ver a sus hijos y a otros asuntos peliaguados que no admiten demora. Mis clientes, furiosos, exigen saber de boca de su abogada cuándo serán celebrados los juicios suspendidos por la pandemia. "Todo va a ir bien" les tranquilizo. Pero luego dan las ocho y mi marido me agarra del brazo, todavía magullado por la paliza propinada horas atrás, y me empuja hacia donde nadie pueda verme. Después sale al balcón para aplaudir. Y es entonces cuando los brillantes colores de los arcoíris que cuelgan de las ventanas se borran de mi mente y solo veo oscuridad.

    | Abril 2020
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 17

  • REINSERCIÓN

    Salí de la celda para entrevistarme con mi abogado. "Traigo buenas noticias. Pronto será libre" me dijo. Aquel tipo trajeado estuvo explicándome lo que supondría la retirada de la doctrina Parot en mi caso. Acortándome la condena se acabaría la desigualdad que, a su juicio, se había cometido conmigo. También me dijo que el Supremo pretendía evitar discriminar a los reclusos y otras sandeces legales de las que no entendí ni media palabra. Solo me quedó claro que, en unas semanas, volvería a estar en la calle. Había sacado algo positivo de pasar media vida entre rejas. Allí dentro era alguien. Y ahora pretendían darme una oportunidad, devolviéndome a una sociedad que no me quería. Preso por la ira y aprovechando un descuido del guarda, le arrebaté la porra. Un certero golpe en la cabeza me bastó para hacerle una brecha mortal. Sonreí. Por aquello me caerían unos años más.

    | Marzo 2020
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 12

  • La adúltera

    La muchacha se sentó cabizbaja frente al Consejo. Estaba a punto de ser juzgada por adulterio.
    La acusación la escrutaba sin pudor alguno. El empleo de prendas holgadas ya de nada le servía para ocultar el crecimiento de su barriga. Los rumores entre los pastores de Belén no cesaban y su marido José pensó que, promover aquel juicio, le serviría de escarmiento a María.
    El tribunal deliberaba si propinarle a la infeliz los azotes que la ley imponía para casos como aquel. Mientras tanto, la joven mantenía que todo era fruto de un milagro pues ella no había yacido con hombre alguno. Nada productivo se le ocurría para zafarse de la pretendida justicia que se le quería imponer. Nada inclusivo de misericordia se respiraba en la sala.
    Pero entonces un pequeño charco se hizo a sus pies y comprendió que el bebé ya llegaba. Por el momento, estaba salvada.

    | Febrero 2020
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 27

  • DE LA PROPIA MEDICINA

    Mientras esperamos para entrar en sala, recuerdo nuestros años en la Facultad de Derecho.

    Las tardes que pasaba sola en la biblioteca, soporíferas primero, sumergida entre códigos de leyes tratando de memorizar artículos, excitantes después, cuando te vi entrar en ella por primera vez.

    Tratar de averiguar dónde te sentarías, fingir cualquier olvido para pedirte un bolígrafo y poder entablar conversación contigo ganándome tu confianza, o ponerme un bonito collar para impresionarte, eran mis mayores preocupaciones por aquel entonces. Sentía que era un privilegio poder estar contigo. Soñé que algún día formaríamos una bonita familia y que trabajaríamos juntos defendiendo a nuestros clientes ante la justicia.

    Los despistes, tu peculiar sonrisa...todo aquello que antes me resultaba encantador ahora me desquicia. Dentro de unos minutos estaremos ante el tribunal que tantas veces hemos pisado litigando para otros en espinosos divorcios pero, esta vez, los protagonistas seremos nosotros.

    | Febrero 2017
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 4