Gema Mª Ortega Expósito

Microrrelatos publicados

  • EL FIEL ABOGADO DE OFICIO A UN MÓVIL PEGADO

    Son las 00:00 horas. Mi cerebro se pone en guardia; tengo medio vetado conciliar el sueño por si me llama la Guardia Civil. ¿Habrá algún detenido esta noche; algún robo, pelea, una nueva barbarie sobre violencia doméstica…?.
    Parece que no ha habido ningún altercado durante la noche.
    Al amanecer, el móvil permanece impasible. Aunque ya es de día y mis niveles de cortisol bajan, cierta tensión sigue latente. Continúo atento al teléfono y procuro no darle apenas uso, por si me llaman.
    A pesar de ser día festivo, mi agenda de ocio luce intacta; hoy estoy sometido a una especial cláusula de disponibilidad.
    Al finalizar el día, verifico nuevamente que el teléfono no ha sonado, que no ha habido caso.
    Siento que el cansancio me invade, me despego del móvil y, satisfecho con la exclusiva contraprestación del deber cumplido, reivindico en sueños una reforma de la normativa sobre justicia gratuita.

    | Octubre 2022
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 1

  • VOCACIÓN POR LA ABOGACÍA

    Hoy sentía una adrenalina especial ya casi olvidada; volvía al ruedo legal para defender un interesante asunto sobre derecho medioambiental.
    Asió la toga que hacía veinte años había colgado en un rincón recóndito del vestidor y la guardó en su maletín.
    Marchó camino de su despacho portando en su cartera su antiguo visado de abogada.
    Al entrar en su lugar de trabajo reparó en el paso del tiempo, no porque se encontrara abrumada por las extensas modificaciones legislativas, sino porque apreciaba que el formato digital dominaba ahora la profesión.
    Recordó el día en que, tras darle varias vueltas, decidió, emocionada y reticente, abandonar la profesión por una dedicación que le ofrecería, a su juicio, una mayor seguridad económica.
    Al mismo tiempo, no pudo evitar repasar mentalmente la dulce sensación que le habían producido las batallas legales luchadas.
    Sonrió porque el futuro resultaba prometedor; retomar el ejercicio de su verdadera vocación.

    | Septiembre 2022
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 3

  • DERECHO A LA DESCONEXIÓN DIGITAL

    Por fin es viernes noche. Llego a casa y cierro la puerta con llave. Dejo afuera los agentes externos contaminantes. Me voy sintiendo aliviada. Más aún cuando desenchufo mi conexión a internet. Es mi momento valle; mínimo consumo energético. Bastante es el que empleo durante la semana en la comisión de mis quehaceres, principalmente atendiendo consultas jurídicas y personales por cualquier vía; cara a cara, por correo electrónico, por WhatsApp... Aunque trato de empatizar con los problemas de la gente, esto a veces se convierte en una insostenible contraprestación de exceso de exigencia. Los sonidos de las notificaciones y los mensajes emergentes demandando sin piedad ayuda inmediata me roban mis recursos energéticos. Ahora me encuentro mucho mejor desde que reclamo mi derecho al descanso digital a través de mi estado de WhatsApp: “de ocho de la tarde a ocho de la mañana y fines de semana, el silencio es desestimatorio”.

    | Febrero 2022
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 4

  • PRESUNCIÓN DE VERACIDAD

    Siempre me resultó sospechoso que tres personas solas tuvieran la habilidad de allanar millones de moradas en un solo día sin faltar a su propósito de repartir regalos a todo solicitante. A mis ocho años de edad, dando utilidad al juego de sobremesa de Sherlock Holmes que presuntamente me había traído Baltasar ese seis de enero, busqué una explicación racional a aquella proeza. Analicé indicios, recabé declaraciones de conocidos y finalmente alcancé la solución, tan decepcionante como previsible. ¡Qué circo tan minuciosamente montado y cuánto cómplice alrededor!, pensé. Pero no supe definir el hecho ni acotar responsabilidades; ¿era una estafa emocional o una donación encubierta?, ¿eran mis progenitores los únicos responsables, como ejecutores materiales, o también los adultos en general, como cooperadores necesarios? Ante tal inseguridad y considerando que era mejor presumir la veracidad del bienintencionado engaño que cuestionarlo, decidí no denunciar el hecho y convertirme en una cómplice más.

    | Enero 2018
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 8

  • PLEITO MARATONIANO

    Me encontraba integrada en una pandemia de efervescentes corredores, aguardando el inicio del arduo litigio, en el espacio previo a la línea de salida. Se habían decretado como medidas cautelares, buena hidratación e informe médico favorable. La pretensión principal se dirigía a completar la distancia de 42,195 kilómetros. Desgraciadamente, mi reloj GPS, testigo potencial del hecho, acababa de expirar. Procuraría solventar ese agravio con las referencias rítmicas de mis litisconsortes. Aunque llevaba en mi ADN el espíritu de la competición, el resultado del pleito era incierto y podría quedar infructuoso por lesión sobrevenida. Tras escuchar el pistoletazo de salida, el meneo equilibrado de mis piernas me insufló confianza, pero los argumentos contradictorios de los hemisferios norte y sur de mi cerebro me atormentaban. Finalmente, el objeto del proceso quedó satisfecho, tras atravesar la alfombra verde, que, simuladora de un largo trecho de pradera, era predecesora de la línea de meta.

    | Mayo 2017
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 5

  • PROFESIONALIDAD

    Mi abogado es un tipo singular, de quien algunos dirían que encaja con calzador en la sociedad actual. Ligado siempre a su código ético, predica sus principios con el ejemplo y no descuida sus deberes estéticos. A pesar de su notoria experiencia, me escucha atentamente y me informa de su gestión con absoluta transparencia. Me transmite diligencia, tranquilidad y seguridad; estoy convencido de que mi intimidad se encuentra custodiada con cabal confidencialidad. Consciente de los rápidos avances tecnológicos, va despegándose de sus archivos de cartón para salvaguardarlos en formatos electrónicos. Es responsable con el reciclaje intelectual; se preocupa asiduamente por actualizar sus conocimientos y enriquecer su currículo profesional. Es metódico en sus peculiares manías; siempre ofrece piruletas o bombones a sus clientes en señal de cortesía. Ha defendido concurrencia de casos, que han finalizado, unos con exitoso desenlace, otros no tanto, pero con independencia del resultado, confío en mi abogado.

    | Marzo 2017
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 1